Durante muchas horas estuvo paralizado sobre el hielo, pero su leal perrita le salvó la vida

La protagonista de esta historia de lealtad y amor es Kelsey, un Golden Retriever que salvó a su dueño de morir congelado en la nieve mientras estaba inmóvil por una lesión en su cuello.

Eran las 22:30 de la noche del 31 de diciembre, Bobo que vivía solo junto a su perrita en su granja estaba viendo un partido de fútbol en la televisión pero en el intermedio decidió salir ya que necesitaba más leña para la chimenea.

Lamentablemente se resbaló con el hielo y se cayó, se rompió el cuello y no podía moverse en el suelo, comenzó a gritar para pedir ayuda, aunque el vecino más cercano está a 400 metros. Pero Kelsey estaba ahí para ayudar a su amigo, ella supo que debía quedarse ahí para darle calor y mantenerlo despierto.

Bob estaba completamente paralizado, la temperatura era de 4ºC bajo cero, y solamente estaba vestido con su pijama, así estuvo las siguientes 20 horas después del accidente pero Kelsey siempre estaba junto a él para darle calor corporal.

La perrita nunca dejaba de ladrar para pedir ayuda, hasta que el día siguiente a las 18:30 un vecino se acercó alertado por los ladridos y finalmente llamó a emergencias. Bob había perdido el conocimiento una hora antes, fue trasladado al Hospital McLaren y le diagnosticaron hipotermia, fibrilación y dislocación de las vértebras C4-C5 en la zona de la nuca que estaban comprimiendo su médula espinal y le impedían caminar, necesitó una intervención quirúrgica para recuperar la sensibilidad en sus piernas.

Necesitará rehabilitaciones para vencer todas las dificultades de su lesión, afortunadamente el resultado de la operación fue exitoso y después de recibir las terapias y el tratamiento podrá volver a su granja y hacer su vida normal.

A pesar de que su cuerpo solamente tenía 21º de temperatura podría haber sido mucho peor incluso pudo haber perdido dedos si no hubiera sido por el calor que recibió de Kelsey quien siempre permaneció a su lado.

Informador

Ella se convirtió en su heroína, él ya no tenía voz para gritar y Chelsey nunca dejó de ladrar hasta que la ayuda apareció para salvar la vida de su gran amigo. Nada se compara con la lealtad y amor de los perros.

“Estoy muy agradecido por mis dos héroes. Kelsey me mantuvo caliente y nunca dejó de ladrar para pedir ayuda. El Dr. Colen me salvó la vida y me devolvió la capacidad de moverme. Ambos son mis verdaderos héroes y les estaré eternamente agradecido”.

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