Difunde las fotos de los últimos momentos con su perrita anciana y todos lloraron con ella

No hay nada más triste que ver a un ser querido enfermo, sufren mucho y tratan de ser valientes pero la realidad es que nada vuelve a ser lo mismo y se nota al anochecer, cuando los gemidos son incontrolables y el dolor se agudiza.

Hannah era una perrita adulta que comenzó a enfermar hace poco, al inicio solo eran convulsiones, aunque no era nada realmente grave, su condición fue empeorando. Con el tiempo comenzó a tomar medicamento para sus riñones y el dolor de sus huesos, en especial de la cadera y las patas.

Desde entonces, su estado de ánimo fue decayendo poco a poco, hasta que su familia comprendió que era un poco egoísta mantenerla así. Aunque el medicamento le ayudara, Hannah ya no era la misma, estaba triste continuamente.

Los días en que no tomaba el medicamento su condición física empeoraba.

Tenía problemas para hacer sus necesidades, no podía sostenerse por sí misma y continuamente se caía sufriendo golpes peligrosos. Las convulsiones volvían y Hannah se sumergía en un total abandono de sí misma.

«No sé si ella lo sabe o no»

«Durante unos dos meses, Hannah ha estado teniendo convulsiones, eran pequeñas y nada de qué preocuparse, pero poco a poco se pusieron peor. Hannah tomaba un par de medicamentos, uno para los riñones y otro para el dolor que tenía en sus patas y caderas. Cuando no tomaba su medicación, no tenía realmente malas convulsiones, pero no podía caminar bien o subir las escaleras; varias veces se cayó», relató su dueña.

«Finalmente decidí que mantenerla a ella con los medicamentos era egoísta, pero no dárselos era tan cruel. Así que decidí darle un último día «hoo-rah» de mimos, como la reina que siempre ha sido, y dejarla partir. Donde no habría ningún dolor, no habría convulsiones, sin gemidos en la noche. Sólo la paz y un eterno amor por parte de nosotros, su familia.»

Ese día quedó capturado de principio a fin en fotos, en los que toda su familia se esforzó porque Hannah la pasará bien.

«Ella confía en mí para tomar una decisión. No importa cuán difícil pueda ser».

«Pero sé que ella está cansada».

«Las escaleras son duras. Las colinas son montañas. las pastillas no funcionan».

«Pero si tengo que hacer esa elección…»

«Entonces hagamos del último día, el mejor de todos»

«Una pequeña marca hermosa».

«Una última comida deliciosa».

Ahora vendría el momento de estar en familia y tomarse la última foto con ella.

«Difícil sonreír, pero la amo».

«Despedida en familia».

«Viejos amigos. Un último día de juegos».

«Ella es mi hermosa chica adulta».

«Montada en el regazo de mamá rumbo a la clínica veterinaria».

Las dos mejores amigas tenían que despedirse ahora, pero el amor de ambas perdurará por siempre.

Tomar la decisión fue difícil y conforme se acercaba el momento era aún más complicado, pero no se separaron en ningún momento, su dueña acompañó a Hannah hasta el final.

Más que una mascota, Hannah era parte de la familia, decir adiós no iba a ser sencillo para nadie, pero la familia decidió que era la elección más responsable y sana para Hannah.

Muchos angelitos, como Hannah, se van dejando una gran huella en los corazones de sus familias, se vuelven tan importantes porque el amor que proporciona un animal, es único e inolvidable.

Comparte esta historia tan tierna si crees que el amor de los perros es único.

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