En medio de una concurrida autopista un conductor vio como una perrita corría entre los vehículos y los camiones de un lado a otro bastante asustada y confundida. El conductor gritó para prevenir a los demás, se detuvo y se bajó para llegar a ella. Estaba claro que la perrita estaba buscando ayuda de forma desesperada y era su forma de llamar la atención.
La pobre perrita tenía claros signos de maltrato, varias cicatrices en su cuerpo y los ojos inundados de una profunda tristeza. Además, tenía sus pechos suspendidos casi hasta el suelo, un claro indicio de que había dado a luz recientemente o que estaba embarazada.
El conductor y su familia no dudaron en ayudarla y le dieron un poco de alimento que tenían y que comió con desespero. Luego le dieron galletas y ella comió dos y con la tercera en su boca se alejó caminando de nuevo por la carretera mirando si la seguían. Ella debía tener una razón muy valiosa para alejarse de sus rescatistas… Posiblemente esa galleta que se derretía en su boca por el calor era para sus cachorros que la esperaban.
Entendieron perfectamente qué quería decir la perrita y no la dejaron sola ni un momento. Caminaron al borde de la carretera junto a la perrita unos 1,5 kilómetros. Se notaba que estaba muy hambrienta y desesperada para caminar tanto y sus fuerzas flaqueaban. Pero ella resistía con todas sus fuerzas. Durante la travesía se daba la vuelta para ver si todavía estaba acompañada, como si estuviera guiándolos hasta un lugar muy importante para ella. Finalmente llegaron a una colina donde oyeron a unos cachorritos llorando por su madre.
Así que este hombre llamó a la puerta de la casa, la única que había en esa colina. Otro hombre mayor abrió la puerta y reaccionó muy molesto cuando le preguntaron por los cachorros. La perrita había dado a luz a cinco cachorros, pero lamentablemente murieron tres. Mimosa se mostraba cariñosa con el dueño de la casa aunque él no la amaba, pero su esposa se acercó y confesó que alimentaba a los perros a escondidas.
Fue así como decidieron colocar a los cachorros en una caja para llevárselos. La madre se encontraba aliviada y feliz, y lamía la mano del héroe que había rescatado a sus cachorros en forma de agradecimiento. Lamentablemente, el hombre no se pudo hacer cargo de la familia, pero encontró un refugio para ella y sus cachorros donde más tarde encontraron un hogar para siempre.
Por suerte este buen hombre estuvo atento a las desesperadas señales que le mandaba la perrita. Dejó todo para seguirla y ayudarla a salvar a lo que más quería en esta vida, sus cachorritos.
Es una historia muy emotiva, no dejes de compartirla con todos los amantes de los animales ¡Por suerte sigue habiendo gente buena en el mundo!