Un adolescente no duda ni un segundo en sumergirse en un pozo de lodo para rescatar a un canguro

Para ningún australiano ver un canguro es una sorpresa, ellos conviven con las personas y aunque en algunos casos es mejor no acercarse mucho, en general han logrado hacer un equilibrio en la convivencia. Pero lo que no es muy común es ver a un canguro en serios aprietos dentro de su hábitat, por lo que lo correcto ante una situación en la que la vida de un animal corre peligro, es ayudarlo.

Jack Donnelly y Nick Heath, dos chicos de 19 años, no dudaron ni un segundo en ayudar a un canguro asustado y atrapado en un pozo de barro.

Los chicos se encontraban practicando motocross en una zona arcillosa cerca de Sidney, cuando vieron entre el lodo algo que llamó su atención. Una pequeña cabeza con orejas puntiagudas sobresalía de la arcilla, se trataba de un canguro que había que de alguna manera se había sumergido y no lograba salir nuevamente.

Según los chicos, la escena era desgarradora y el pobre animal no dejaba de gritar.

Ellos reaccionaron inmediatamente, mientras Nick ató una cuerda alrededor de su cintura, Jack sostuvo el otro extremo asegurándolo en tierra firme y una vez que su amigo tuvo al canguro entre sus brazos, comenzó a tirar de la cuerda para ayudarlo a salir.

Nick explica que el canguro se retorcía, pero una vez que estuvo fuera del lodo, se relajó; los chicos creen que el animal buscaba agua y quedó atrapado.

Después de sacarlo del lodo, los jóvenes contactaron a WIRES Australian Wildlife Rescue, quienes los recibieron y se hicieron cargo del animal. Los especialistas tuvieron que sedarlo y luego ayudarlo a recuperar su temperatura corporal con baños tibios, mientras limpiaban la gruesa capa de arcilla de su pelo.

Después de esto, también le administraron fluidos tibios, al llegar al recinto el canguro estaba muy frío y deshidratado.

TheDodo

El personal del refugio sigue controlando su evolución, fue una dura prueba para él pero gracias a Nick y Jack, parece que pronto estará muy bien. Los chicos por su parte, están muy orgullosos de su hazaña y aseguran que hicieron lo que tenían que hacer y que sin dudarlo repetirían sus acciones, aunque eso signifique quedar completamente cubiertos de barro.

No olvides compartir esta historia y aunque lo ideal en estos casos es pedir ayuda profesional, debemos elogiar a estos jóvenes por su gran corazón y su instinto de ayudar a este pobre animal en aprietos.

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