Alguién habría entrado «a robar», pero ¿quién podría enojarse al descubrir una carita así?

¿Qué harías sí al entrar a tu oficina encuentras todo desordenado, y la puerta y las ventanas están totalmente cerradas desde adentro?

Lo más seguro es que un escalofrío te recorra el cuerpo al pensar que no estás solo porque evidentemente quien haya sido está aún dentro.

Esto fue justo lo que le pasó a Bree Blakeman, una investigadora que trabaja en la Universidad Nacional de Australia, al entrar en su oficina y notar que alguien más había estado ahí sin su consentimiento.

Los libros, hojas, mapas y otros objetos estaban en el suelo, todo desordenado, parecía que habían entrado a robar a su lugar de trabajo.

Bree no sabía si lo que estaban buscando lo habían encontrado, pero de lo que si estaba segura es que, a juzgar por las puertas y ventanas cerradas con pestillo desde adentro, quien quiera que había entrado a su oficina, aún seguía ahí.

Bree no estaba sola y mientras miraba a su alrededor para descubrir qué se habían llevado, y tratar de ver quién se estaba escondiendo, sus ojos se posaron en su computador.

Para su sorpresa detrás de la pantalla encontró la respuesta a todas sus preguntas y al mismo tiempo una sonrisa se dibujó en su rostro.

“No fue hasta que vi mi computadora desde el otro lado de la habitación que noté una carita esponjosa mirándome desde detrás de la pantalla de la computadora”, dijo Bree.

Sentada muy quieta y esperando no ser descubierta, una tierna y tímida zarigüeya aterrada y cansada la miraba con cara de pánico.

“Fue entonces cuando también noté los excrementos del inodoro y la orina en todas partes, ahora todo tenía sentido”, agregó Bree.

El misterio se había revelado y el responsable del desorden había cobrado sentido, la zarigüeya había entrado por el techo de la oficina.

Los libros en el suelo provenientes de los muebles que llegan al techo indicaban que el animal aterrado había intentado escapar por donde había entrado. Cansada y muy asustada, la zarigüeya se quedó rendida detrás de la pantalla durante toda la noche.

Bree lejos de enojarse por todo el desastre sintió compasión por el animalito y decidió ayudarlo.

“Le di un poco de agua, un trozo de zanahoria y le hablé con mucha amabilidad antes de cerrar la puerta y llamar a la gente de reubicación. Fue muy dulce», dijo Bree.

Mientras esperaba que llegaran los rescatistas, Bree publicó una fotografía en Twitter, y miles de usuarios compartieron la imagen comentando con afecto la expresión de la cara de culpa de la zarigüeya.

Al parecer, la zarigüeya ahora un meme. El tierno animalito se mantuvo en la oficina de Bree por un día entero porque una fuerte tormenta de granizo no les permitió a los rescatistas reubicarla.

Comparte esta tierna historia, que para la suerte de todos la adorable zarigüeya regresó a su hogar al día siguiente y la oficina de Bree volvió a la normalidad.

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