Ella no podía comprarle una casa a Nina, pero hizo algo extraordinario para ayudarla

Es maravilloso saber que existen corazones nobles que regalan a los más necesitados su luz y bondad.

Mariana Guidi, una chica de 22 años tiene un corazón enorme. Ella trabaja junto a su mamá como comerciante en una plaza de la cuidad de Ibitinga, ubicada en el interior del estado de São Paulo en Brasil… Y además de su nobleza, también tiene un don especial para hacer manualidades.

Un día normal de trabajo, Mariana se encontró a un perrita extremadamente delgada, llena de frío y con un problema grave en una de sus patas… casi no podía caminar.

Era muy evidente que se encontraba en muy mal estado y Mariana pasó todo ese día atendiendo y cuidando a esta tierna perrita.

Finalmente llegó la hora de regresar a casa y Mariana sentía que no podía dejar a esta perrita sola y desamparada… sentía realmente su corazón destrozado.

A pesar de tener 10 perros en casa, ella decidió adoptarla. Le puso por nombre Nina y aunque el único espacio disponible para que Nina durmiera era fuera de casa, ella estaba más tranquila porque podía atenderla y cuidarla.

Nina recibió atención médica, su pata estaba muy inflamada y tenía fiebre. Quedarse fuera de la casa podía empeorar la situación debido a las bajas temperaturas. El frío era muy intenso aun colocando cobijas debajo de ella.

Esta familia no contaba con el dinero para poder comprar una casa para perros. Era una opción que estaba fuera del presupuesto. Pero Mariana no se conformó con la limitación económica y decidió dejar volar su creatividad para improvisar una pequeña casa.

Después de buscar referencias en Internet para construir la casa para esta perrita, Mariana decidió utilizar envases de leche, consideró que este material era el que mejor se adaptaría a los beneficios que estaba necesitando ofrecerle a Nina… ¡Protección y un ambiente cálido!

Un envase de leche tiene seis capas de cartón, plástico y aluminio. Esto lo hace un material muy resistente que se adapta muy bien a las altas o bajas temperaturas. Una vez que Mariana comprobó su teoría, decidió hacerla en tamaño real.

Gracias a su gran amor por los animales y la ayuda de sus amigos construyó y distribuyó varias casas para los animales que vivían en las calles de la cuidad.

Así que esta gran idea tuvo resultados extraordinarios, el Projeto Pet de Rua dio inicio a la misión de ayudar a los animales callejeros, aceptando donaciones de envases pequeños. Cada casa lleva unos 150 envases pequeños de leche.

A medida que se vayan construyendo las casas se irán colocando en la ciudad para que los amigos peludos puedan disfrutar de un buen ambiente para descansar.

Publicaron avisos que dicen:

«Aquí duerme un amiguito de la calle, si me puedes ayudar con agua y comida te lo agradezco mucho. Si no me puedes ayudar, no hay problema, pero no destruyas mi casita».

La expansión de este proyecto beneficia a muchos amigos peludos que se encuentran en al calle. 

Comparte esta idea con tus amigos, con tiempo, constancia y amor podemos aplicarla en cualquier lugar.

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