Devastado perrito se niega a apartarse un solo instante de las cenizas de su humano fallecido

Si una mascota se ha ganado la fama de ser fiel, cariñosa e inteligente, sin duda alguna es el perro. Eso quedó evidenciado con el conmovedor caso de un peludo en México que no ocultaba su sufrimiento ante las cenizas de su humano fallecido.

Fueron los mejores amigos

Gabriela Mondaca vive junto a su familia en la ciudad de Los Mochis, Sinaloa. Tienen un hermoso perro que se ha convertido en un miembro más en su hogar. El padre de Gabriela amaba a su mascota, siempre estaba pendiente de sus necesidades, eran inseparables.

Se encargaba diariamente de dar de comer a su perro, y disfrutaba de su compañía cuando iban de paseo al parque. Incluso cada noche el can descansaba al lado de su humano, como si con eso quisiera asegurarse de que siempre estarían juntos.

Pero la muerte rondaba la tranquilidad del hogar y un nefasto día el hombre falleció, todos estaban destruidos por el dolor. Pero no solamente la familia humana lloró la lamentable pérdida, sino también el perrito de la casa sintió en su corazoncito canino la tristeza de no tener más a su mejor amigo.

Cuando el féretro que contenía los restos del difunto fue entregado a los familiares, el perrito no se despegó ni un instante de su lado, su carita reflejaba el llanto que lo embargaba. Sin duda alguna que había una conexión especial entre el hombre y la dolida mascota.

«Cuando nos entregaron sus cenizas mi perro no se despegó ni un segundo y lloraba», dijo la hija.

Ahora Gabriela se ha hecho cargo del triste animalito e intenta ayudarlo a superar el doloroso trance. Recientemente publicó en sus redes sociales las conmovedoras imágenes donde se ve al perrito llorando, mientras yacía frente a las cenizas de su amado humano.

Las respuestas de los usuarios no se hicieron esperar; alguno hizo un comentario desagradable; en su criterio, el animal actuaba de esa manera porque los perros son aprehensivos y territoriales. Dejando de lado los sentimientos que realmente estaba viviendo la mascota.

“Dormía a un lado de mi papá, él lo sacaba a pasear todos los días sin falta y cuando nos entregaron sus cenizas mi perro no se despegó ni un segundo y lloraba, así que no me digan que los animalitos no sienten”, defendió la contrariada hija.

Muchos se sumaron a la respuesta de Gabriela y contaron muchas experiencias con sus perros, cada una más enternecedora que las otras. Esperemos que el testimonio de vida de Gabriela con su perro sirva para que entendamos una vez por todas que los perritos solo saben dar y recibir amor a las personas.

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