Diminuta gatita con las patitas dobladas termina corriendo gracias al empuje de mamá

Si algo debemos aprender de muchos animalitos es la fortaleza que tienen para enfrentar difíciles circunstancias, así lo demuestra una adorable gata que nació con una malformación en sus patitas.

Dove es el nombre de nuestra valiente y peluda protagonista, una de las crías de una gata atigrada que dio a luz a una camada de cinco gatitos.

La madre dio a luz mientras estaba en un refugio de animales en California.

Desafortunadamente, Dove nació con sus patitas delanteras dobladas, lo que le impedía caminar con normalidad.

Debido a su condición también tenía algunas desventajas a la hora de comer, sus hermanos siempre la dejaban de lado, por lo que no se estaba alimentando ni desarrollando al ritmo que debía.

La madre fue llamada Calliope.

Dove, junto al resto de la camada y su madre, fueron trasladados a Oregon Friends Of Shelter Animals, donde rápidamente le encontraron un hogar de acogida, con su mamá Ángela.

Ángela, al observar que Dove no podía defenderse de sus hermanos cuando llegaba la hora de alimentarse, se aseguró que la pequeña gatita pasara mucho más tiempo a solas con su madre, solo así logró comer libremente.

Con esta nueva rutina de alimentación, la dulce gatita comenzó a ganar peso y demostró toda la fuerza que tenía.

Dove se convirtió en una pequeña gatita con mucha energía.

Su proceso estuvo acompañado de fisioterapia y distintos ejercicios de estiramiento que la ayudaron a mejorar su movilidad.

“Aplicaba calor, masajeaba suavemente y estiraba sus patas delanteras”, agregó Ángela.

Esta pequeña y adorable bola de pelos resultó ser muy cariñosa, cada que vez que finalizaba su fisioterapia disfrutaba acurrucarse en las manos de su persona favorita.

También descubrió que había un mundo de aventuras al que quería pertenecer, por lo que no pasó mucho tiempo para que siguiera a sus hermanos y empezara a explorar todo lo que la rodeaba.

Aunque sus pasos eran más lentos insistía en ser parte de la diversión.

 

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Afortunadamente, la dulce Dove contó con todo el apoyo de su madre de acogida y Calliope, quien cariñosamente la animaba a seguir adelante con adorables ronroneos.

Ha demostrado ser una madre muy protectora y amorosa, tanto así que no puede estar sin sus crías, cada vez que la separan empieza a llorar hasta que logra que la lleven de vuelta donde ellos están.

“Siempre se asegura de que sus gatitos estén bien, limpios, felices y alimentados”, destacó Ángela.

La transformación de Dove ha sido increíble, sus patas delanteras no solo están más rectas, sino fuertes; puede caminar, correr, saltar y jugar como cualquier otro gatito.

“Puede verse un poco diferente y eso está totalmente bien. Es una niña feliz y disfruta de la vida al máximo”, señala Ángela.

Dove es un verdadero ejemplo de perseverancia. Una pequeña guerrera que siempre estuvo dispuesta a mejorar. Gracias a todos los que hicieron esto posible.

No olvides que el amor no se compra, se puede rescatar. Adopta y transforma una vida.

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