Dos hermanos muy enfermos al borde de una carretera tuvieron que sufrir la indolencia de muchos

En las plazas, en los basureros de las calles, dejados solos a un lado de las vías, son encontrados cada día cientos de animales. Pareciera que aún nos falta mucho por aprender y concientizar como especie que, estos seres sin voz son incapaces de valerse por sí mismos y, por tanto, requieren de nuestros cuidados.

Un nuevo caso de rechazo animal se suscitó esta vez en una desolada carretera de los Estados Unidos, donde una mujer llamada Lenny debió ser testigo presencial de la indiferencia humana, que había dejado como saldo en contra a dos cachorritos aterrados y en muy mal estado de salud.

Habiendo tenido que permanecer por un tiempo indefinido a un lado del camino, sin agua o alimento, los perritos padecían de una evidente desnutrición. Pero, fue gracias al padre de la rescatista, quien le alertó de la situación mediante un mensaje de texto, que la mujer supo y no dudó en acudir hasta el lugar.

“Hija, dos cachorros abandonados en la carretera”, fue el mensaje que leyó.

Al llegar al sitio marcado por su padre, la mujer evidenció que, efectivamente, los cachorritos corrían un serio peligro de morir de inanición, o incluso podían ser arrollados. Así que se quedó una media hora para tratar de ganar su confianza. Tras sufrir tanta indignidad, era natural que los pequeñitos dudaran en acercarse.

Finalmente, Lenny pudo tomarlos en sus brazos. Se percató de que, además de su bajo peso, también los dos hermanitos peludos tenían graves infecciones en la piel, que les había dejado prácticamente sin pelo en varias zonas de su cuerpo, lo que les hacía lucir aún peor.

“¡Oh, Dios mío! ¿Qué pasó con estas pobres criaturas?” se dijo Lenny, en aquel momento.

Sin perder más tiempo, la mujer los trasladó a su vehículo, los acarició, alimentó y cuidó con tanto amor, mismo que fue devuelto con creces por los perritos, que pronto se sintieron tan relajados que se durmieron un rato acurrucados.

Al despertar, Lenny no pudo soportar el llanto pensando en todo lo que habían tenido que pasar hasta ese momento. Sin embargo, por otro lado, se sintió aliviada de saber que ambos animalitos jamás tendrían que volver a vivir algo semejante.

En muy poco tiempo, y gracias a los cuidados y amor de Lenny, el pelaje de Bugz y Bear comenzó a crecer nuevamente, en una transformación bastante rápida, a pesar de sus graves heridas.

Finalmente, los hoy felices Bugz y Bear encontraron un hogar definitivo, llevados de la mano de su nueva mamá humana hacia una nueva y bien merecida vida. La verdad es que se las vieron negras desde muy pequeños.

Echar a la calle a un animal es una de las acciones más crueles que puede cometer el ser humano pues, sabemos que necesitan de nosotros para alimentarse, mantenerse limpios y recibir atención médica.

Sin embargo, hay algunos que siguen padeciendo de ceguera ante esta tragedia, les es indiferente. Por eso, sigue habiendo tantos casos parecidos de canes en situación de calle que reseñar. Afortunadamente, Bugz y Bear tuvieron un final feliz, pero cuantos otros peludos hay que no tienen nunca la oportunidad de una vida digna.

Comparte esta historia con tus amistades y seres queridos. ¡Ya basta de abusos e indolencia! Cuidemos de nuestras mascotas.

Te recomendamos