Cuando muere alguien cercano a nosotros como un familiar, una pareja o un amigo casi siempre los demás nos regalan mucha empatía y comprensión. Se nos permite sentir la pena, se nos permite llorar.
Pero al hablar con los dueños de mascotas alrededor del mundo nos sorprendemos al descubrir que no es lo mismo cuando vivimos la pérdida de una mascota.
Cuando tu animal compañero es arrollado por algún irresponsable vehículo, o es puesto a dormir, muy pocas personas entienden por lo que estás pasando. Algunos hasta responden de la forma más fría posible preguntando, ¿porqué no te buscas otro y ya?
Este tipo de duelo es doloroso, no solo por la pérdida como tal, sino por la soledad y falta de empatía que se le asocia.
Este proceso es tan doloroso pues estamos experimentando muchas pérdidas a la vez:
1. La pérdida del amor incondicional
Nuestras mascotas nos dan una serie de respuestas emocionales siempre honestas, ellos no se preocupan por el qué dirán.
Los perros no se limitan en dar su amor, no te juzgan, ni ponen en juego tus inseguridades. Te aman y te aceptan tal como eres.
Esto es algo que muy pocos humanos pueden lograr.
2. La pérdida de tu protegido.
Tener un perro es en muchas formas como tener un hijo. Eres responsable por la vida de otro ser, entonces cambias tu vida y tus rutinas para proveer el mejor cuidado para esa pequeña criatura.
Vas al parque, sales a caminar, consigues amigos de juegos. Por eso es que es como perder a un hijo.
3. La pérdida de un “testigo de tu vida”
Los perros no solo nos dan su expresión emocional sin inhibiciones, sino que también nos permiten hacer lo mismo.
Muchas veces dejarás que tus perros te vean en momentos que no dejarías a nadie más cerca de ti, aquellos momentos de debilidad, dificultades, victorias, alegrías puras.
4. La pérdida de tus rutinas.
Cada rol que tu mascota ocupaba en tu vida ahora queda vacante: amigo, hijo, protegido, confidente y también el rol que tu asumías hacia el perro ya no lo puedes ejercer más.
Hay que despedirse de las rutinas, de la hora de comida, de las caricias y juegos.
La falta de esta compañía que muchas veces era la más frecuente e importante de la vida es la que hace de este duelo algo tan difícil.
Muchos tratan de racionalizarlo, pues después de todo, se trata solo de un perro. Pero quien ha pasado por esto sabe que nada está más lejos de la realidad.
Como amigos debemos darnos cuenta de lo que una persona que ha perdido a su mascota está viviendo. Ciertamente, es prácticamente imposible trasladarse al lugar del humano que atraviesa por el duelo de su mascota, hasta que no lo vives en carne propia.
Solamente aquellos que saben lo que significa un peludo en su vida, saben que no es una simple mascota que ya no está y que se puede reemplazar por otra; es tu otra mitad la que no está más, a la que no le puedes contar más tus tristezas y alegrías, es no tener esa pata amiga siempre disponible para lo que haga falta, es no ver más esa mirada que lo dice todo con el solo lenguaje del corazón, es no tener ese compañero fiel esperándote siempre en casa como si fuera la primera vez que te ve, es no contar ya más con esos espacios dedicados exclusivamente para los consentidos de la casa; y sobretodo es saber que aunque permanezca en tu corazón, no habrá nadie que lo reemplace y más triste aún, que sean pocos los que verdaderamente comprendan a profundidad por lo que atraviesas y empaticen con tu dolor.
La psicóloga Julie Axelrod señala que todas las razones antes mencionadas hacen que perder una mascota sea un duelo tan doloroso.
Es por eso que debemos apoyar y dar mucho afecto a nuestros amigos que están pasando por esta terrible circunstancia.
Si eres tú mismo quien ha vivido esta terrible situación, no dudes en buscar ayuda y usa esta información para entender por lo que estás pasando y poder salir adelante. ¡Duele mucho, pero en algún momento lo superarás!
Comparte esta valiosa información con todos tus amigos que han amado y tristemente han perdido a sus amadas mascotas para siempre 🙁