Embarazada callejera necesitaba ayuda urgente para sobrevivir pero no permitía ni una caricia

Existe un enorme problema de sobrepoblación de gatos que es parcialmente causado por la incapacidad de los cuidadores y de algunos albergues para esterilizar a sus ejemplares. Las gatas embarazadas resultantes pueden ser arrojadas a la calle, donde ellas y sus gatitos sobrevivientes continúan apareando, y así, de manera exponencial.

Esto explicaría los nacimientos de varios cientos en tan solo pocos años. Hace días, Heidi Shoemaker, una madre adoptiva y rescatadora de animales residente en Florida, Estados Unidos, fue notificada sobre una gatita sin hogar embarazada encontrada vagando en las calles.

Tuvo que pasar algún tiempo para que la escurridiza y futura madre gatuna, blanca y naranja, llamada Lorelei, pudiera ser capturada y puesta a salvo. Al principio, se mostró comprensiblemente arisca y tímida, temiendo por ella y por sus crías.

Sin embargo, después de amoldarse con comodidad a su nueva habitación comenzó a ganar confianza, a sentir simpatía por su madre humana y por fin relajarse entre apacibles rornroneos.

De un momento a otro, Lorelei pareció comprender la infinita fortuna de haber conseguido un techo, comida y la calidez de un sitio seguro donde guarecerse ella y su camada por venir. Se notaba contenta, y por primera vez se dejó acariciar sin miedo mientras comía. Ese mismo día, a las horas, entró en labor de parto y hubo que llevarla a emergencias.

“Esa noche, pude ver que había problemas ya que su primer bebé parecía estar atascado. Tuve que llevarla al veterinario de emergencia”, dijo Heidi.

Con la ayuda del especialista, Lorelei trajo al mundo a tres hermosos gatitos, de los cuales uno no logró sobrevivir. Sin embargo, el oportuno rescate no solo le salvó la vida al par de mininos, sino a la madre.

En vista de que su suministro de leche era escaso, ambos peludos fueron alimentados por Heidi cada dos horas con biberón, mientras mamá Lorelei se recuperaba de varios problemas de salud.

Por fortuna, la mamá gata fue prosperando y ganando apetito cada vez que Heidi alimentaba a sus gatitos. Su energía comenzó a aumentar, y aprovechaba para lavar con su lengua de cabeza a cola a sus pequeños con mucho amor, después de cada comida.

Luke y Leia son adorables, juguetones e inseparables.

Finalmente, el esmero en la alimentación, así como la adecuada medicación que recibieron rindieron sus frutos, resultando en una excelente evolución para Lorelei y sus cachorros. Siete días después del parto, su producción de leche comenzó y pudo amamantar por sí misma a sus crías.

“Yo estaba más que feliz. No podía conseguir su comida lo suficientemente rápido, y estaba constantemente llenando su plato. Me hizo muy feliz el corazón verlos amamantar a su mamá y escuchar sus pequeños sonidos de succión. Ya no estaba suplementando a los bebés y ellos estaban creciendo”, agregó Heidi.

Bautizados como Luke y Leia, el primero y pelirrojo es más grande que su hermana, lo que no significa que esta se deje someter tan fácilmente cada vez que ambos inician un torneo de luchas en la casa. Al lado de su mamá esperan con esperanza un hogar definitivo que los acepte a los 3.

Comparte esta fabulosa historia de dos hermanos y su madre que hacen todo mejor juntos. Esta familia de tres se alimenta de la energía del otro y está lista para encontrar el hogar de sus sueños.

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