Era un saco de huesos que parecía pedirle auxilio con su mirada languidecida–Él no dudó y actuó

Los trabajadores de mantenimiento de los edificios están siempre listos para ayudar a los inquilinos con más de un problema. Pero un empleado de Clayton, Georgia, se enfrentó a un asunto más grande que un simple bote de agua, al descubrir lo que sucedía a puerta cerrada de uno de los apartamentos.

En una oportunidad en la cual al hombre se le pidió ir a chequear un problema en el inmueble, hubo algo que lo perturbó aún más de lo que podría imaginar.

Un Pit Bull gris con la apariencia de un saco de huesos parecía pedirle auxilio con su mirada languidecida.


El animalito no necesitó hablar para que el sujeto entendiera que el asunto no marchaba bien en la residencia y el perrito estaba pagando las consecuencias. Por esa razón, decidió dar parte a las autoridades pero estás no pudieron intervenir porque hubiese sido considerado como un robo.

La solución más lógica fue darle parte a la oficina de Control Animal pero estos sólo dejaron una alerta en la puerta del apartamento de la negligente dueña. Finalmente, al trabajador se le presentó la oportunidad de ayudar a la criatura.

Una mañana encontró al animal en una jaula a las afueras del edificio, su dueña lo había dejado a su suerte.

Frente a esta acción, el empleado no dudó ni un instante y decidió adoptarlo. Lo primero que hizo fue liberarlo de la jaula y llevarlo al Grayson Animal Hospital en el condado de Gwinnett.

«Cuando llegó aquí estaba llorando, chillando, estaba incrédulo. Este es el peor caso que he visto. Es muy dulce y amoroso. Todo lo que quiere hacer es besarte», dijo Alive Cinnamon Koch, una trabajadora de rescate.

El perrito no sólo estaba esquelético, sino que tenía algunas quemaduras en sus patas. A pesar de su pasado la criatura tenía esperanzas de mejorar.

El perrito fue llamado Mikey por el hombre que lo rescató y él no fue el único enamorado del can. Poco después de llegar al hospital, unas niñas se enteraron de la historia y decidieron donar sus mesadas para cubrir los gastos del Pit Bull.

Annabelle, Ari, Addie y Rylee se enamoraron de Mikey y están haciendo todo lo posible por ayudarlo.

El perrito pesaba menos de 10 kilos cuando fue admitido en el hospital. Un peso bastante bajo para su tamaño, pues según el veterinario Dr. John Tollive, Mikey debía pesar al menos 20 kilogramos. Esperamos que pronto pueda recuperarse física y emocionalmente de sus traumas pasados. Por su parte, las autoridades están investigando los detalles de la historia para determinar la responsabilidad de la dueño. 

Estas cosas no deben permitirse. Comparte esta nota y exhorta a tus a amigos a denunciar ante cualquier sospecha de negligencia animal. ¡Todos podemos hacer algo!

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