Perrito espera durante 6 años al ser que más ama en el lugar donde lo vio por última vez

Hace 6 años, Ángel perdió a su dueño y desde entonces vivía en la estación de trenes de Martín Coronado, Buenos Aires, Argentina. Estaba allí esperando a que volviera quien lo había cuidado y querido durante toda su vida.

El perro acompañaba todos los días a su dueño a la estación, donde éste tomaba el tren para ir a trabajar. Pero hace 6 años no volvió, pues falleció de un ataque al corazón. Y Ángel se quedó esperándolo.

Pese a que muchas de las personas que trabajaban en el lugar, pasajeros frecuentes y asociaciones, trataron de ayudar al perro, pasó momentos muy difíciles.

Ángel acompañaba todos los días a su dueño a la estación de trenes.

Por un largo tiempo, la empresa Metrovías, la concesionaria de trenes, quiso sacarlo por “molestar a los pasajeros que habitualmente tomaban el tren”.

Pese a esto, la mascota fiel no desistió y con la ayuda de los ciudadanos logró mantenerse allí, junto a otros perros que merodeaban la estación y que son llamados “Los Coronaditos”.

Romina Ríos, miembro del grupo proteccionista y una de las encargadas del cuidado de los perros de la estación, denunció a un medio local que desde Metrovías se deshacían de los comederos y bebederos, con agua y comida, que dejaba la gente para alimentar a los perros.

«Tenemos conocimiento que desde Metrovías arrojaban recipientes de agua y comida y mantas. 

No tenemos problema en hacernos cargo del cuidado de los animales, pero contamos con que la empresa ferroviaria nos permita hacerlo algún día, lo importante es erradicar todo tipo de maltrato animal”, denunció Romina.

El perrito estuvo 6 años esperando que volviera su dueño.

perrito

Ángel se hizo querer por muchos de los que observaban conmovidos su espera, sobre todo por gendarmes que patrullaban el andén, que lo adoptaron como un compañero más de su rutina diaria.

No obstante, otro lazo entrañable se tejía. Ángel y Rabito, otro perro que adoptó la estación de tren como su hogar. Los dos eran inseparables.

Aunque todo parecía mejorar para Ángel, dos noticias volvieron a golpearlo, Rabito falleció repentinamente y los gendarmes que lo cuidaban fueron trasladados a otra sección.

Los vecinos de Martín Coronado intentaron buscarle una casa para que ya no estuviera triste, pero no lo lograron. Y cuando su historia se fue haciendo cada vez más pública, los gendarmes que lo cuidaban pidieron permiso para adoptarlo. Y se les concedió el permiso.

Ahora tiene una nueva oportunidad en su vida gracias a dos oficiales de Gendarmería.

Así fue como Ángel formalmente pasó a ser parte de la fuerza militar argentina. Ya tiene su nueva casa en Campo de Mayo, a donde Carlos y Miriam, quienes lo cuidaban en el andén, le llevaron hasta sus mantas.

El veterinario de Gendarmería lo revisó y lo vacunó: «Pasó la noche muy bien, durmiendo en una cama y viendo tele”. Después de tantos años durmiendo en la intemperie, entre las vías, ahora va a recibir más cuidados de los que soñó.

Ángel vuelve a tener una casa.

Según contaron va a convivir con otros perros, pero no va a pasar ningún momento en los caniles, «va a quedar en libertad, una vida plenamente libre. Nuestros perros viven en caniles porque tienen funciones específicas”.

Pero no todo van a ser juegos y comidas ricas, Ángel va a tener que estudiar también. Porque además de casa y familia nuevas, el perrito ahora tiene un futuro universitario.

Claudia, otra de las veterinarias de la fuerza, ya le asignó una tarea, «los gendarmes van a la escuela de adiestramiento de la UBA y deben llevar un perro, así que él irá a los cursos universitarios», para eso, Gendarmería lo esperó con su uniforme perruno listo.

Ahora irá a la universidad representando a la fuerza militar.

Y la fuerza nacional lo comunicó a través de su página oficial en su red social: 

“Personal de nuestra Fuerza, integrado por la 1er Alf Koziuk (Médica Veterinaria) y el Cabo Aquino (Escalafón General, Auxiliar Guía de Can, especialidad búsqueda de personas) y el Cabo Dominguez (Escalafón Apoyo Técnico, Auxiliar Veterinario, especialidad adiestrador de canes) se hicieron presente y adoptaron a este sociable ? que desde este mediodía vive en la Región I”.

Por su parte, Romina mostró su alegría con la decisión de Gendarmería: «Sabíamos mejor que nadie que Ángel siente devoción por los gendarmes, yo misma pude ver la alegría de Ángel al volver a verlos”.

Ángel es una demostración para el mundo de que la lealtad de un perro es incomparable. Tenemos mucho qué aprender de estos animales.

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