El drama del perrito que mira afligido a los niños con los que jugaba antes del confinamiento

Definitivamente, esta pandemia no solo ha cambiado la vida de los seres humanos, también ha afectado la rutina de los animales.

Muchas especies de la vida silvestre han aparecido en lugares poco habituales, caminando con libertad, cosa que no ha pasado con las mascotas, quienes solo pueden disfrutar de los paseos y juegos que les ofrecen sus dueños.

Los animales domésticos han cambiado su estilo de vida y así le sucedió a Big Poppa, un adorable amigo peludo que estaba acostumbrado socializar. Este cachorro ama a todas las personas que conoce, siempre ha sido muy juguetón y afectuoso, pero ahora está desconsolado por no poder jugar con sus vecinos.

Rae Ellis, la madre de Big Poppa dijo que su cachorro no dejaba pasar la oportunidad de jugar con los niños que viven en su edificio.

«En las mañanas del fin de semana cuando caminamos o en al caer la noche, normalmente había un niño jugando en el patio o en el garaje y a Big Poppa eso le encantaba, especialmente si tenían una pelota, una patineta o un scooter», dijo Rae.

Aunque él es un perrito demasiado pequeño, por lo general los niños lo dejaban jugar.

Big Poppa siempre estaba atento a sus horas de juego diarias, pero desafortunadamente, debido a la actual crisis sanitaria no ha podido jugar con ninguno de los niños en mucho tiempo.

Rae comenzó a notar que su mascota estaba muy triste, todo lo que quería hacer era sentarse en el balcón, mientras veía algunos de los niños jugando abajo.

«Me di cuenta de que estaba tratando de llamar la atención de los niños que estaban afuera”, dijo Rae.

Ahora, Big Poppa se sienta en su balcón varias veces al día esperando que los niños salgan a tomar aire.

Inicialmente el cachorro estaba ahí con su mirada de tristeza, pero tan pronto como los niños se dieron cuenta de su presencia comenzaron a saludarlo y hablarle de vez en cuando.

«Ahora saben que él está mirando y gritan Big Poppa repetidamente y él salta muy emocionado«, dijo Rae.

Escuchar que sus amigos favoritos gritan su nombre y lo toman en cuenta lo alegra muchísimo, su día se ilumina.

La madre de Big Poppa está muy contenta de verlo feliz después de tantos días deprimido. Comparte esta adorable historia, es la realidad de muchas mascotas en la pandemia.

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