Gatito callejero rechazado por otros gatos acude a la casa de una familia en busca de ayuda

El mes pasado, Thuy, de Canadá, estaba alimentando a los gatos de la comunidad cuando notó una nueva cara: una pequeña gatita gris que apareció sola, con la esperanza de obtener una parte del alimento.

Al verla, tan pequeña y sola, prestó atención y en ningún momento vio llegar a su madre. La huerfanita trató de unirse a otros gatos, pero de inmediato la rechazaron y persiguieron.

Esta gatita apareció de pronto un día cualquiera, en busca de un poco de comida y amor

La chiquilla corrió desde el patio de atrás de la casa a la puerta delantera, donde comenzó a llorar por un poco de ayuda.

Nadie del vecindario se acercó a reclamar a la gatita. La familia no podía dejarla afuera porque no podía valerse por sí misma y decidió ayudarla. La chiquilla, a quien llamaron Oreo, rápidamente se refugió debajo de un sofá para conseguir un lugar seguro.

Esconderse debajo de un mueble fue una opción segura para esta pequeña huerfanita

Estuvo allí toda la noche y apenas tocó la comida que Thuy le había ofrecido, pero las cosas comenzaron a cambiar al día siguiente.

Con la esperanza de ganarse la confianza de Oreo, Thuy le consiguió a la gatita algunas cosas que podrían despertar su interés. La curiosa asomó la cabeza fuera de su escondite cuando escuchó el ruido de los juguetes para gatos.

Mira en este video la historia de Oreo, una gatita muy afortunada

Thuy dejó los regalos delante de ella. En lugar de retirarse a su escondite, Oreo se quedó y comenzó a inspeccionar los juguetes. Después de una sesión de juego, comenzó a demostrarle a la familia que la había acogido aquella noche, cuán amorosa podía llegar a ser.

Oreo comenzó a darse cuenta de que ya no necesitaba preocuparse e incluso dejó salir sus primeros ronroneos. Más relajada, con la barriga llena y sintiéndose segura, esta huerfanita dejó que su personalidad comenzara a aflorar.

Pronto comenzaría a tomar confianza

Thuy decidió llevarla al veterinario y la encontraron muy bien. No tenía un microchip, por lo que nunca tuvo familia. Pronto programaron su esterilización, para impedir que se reproduzca y siga creciendo el problema de los gatos abandonados en las calles.

Thuy tiene a Oreo pegada a sus talones cada día en casa. La seguridad de saberse amada y cuidada en un hogar, ha ayudado a que esta pequeña crezca muy rápido.

No existe un solo momento en el que ella no sea capaz de demostrar, con gestos y acciones, lo agradecida que está por esta oportunidad.

Puede que su familia gatuna y otros semejantes la hubiesen rechazado, pero ahora Oreo ha encontrado su lugar en el mundo, donde se siente plenamente feliz.

Hoy, Oreo tiene una historia maravillosa para contar

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