Este gatito prematuro tenía el tamaño de un dedo pulgar – Su cambio fue Zoorprendente

En el mundo humano se sabe que los bebés prematuros necesitan cuidados minuciosos pues son bastante frágiles; y aunque se sabe que los bebés que nacen en su tiempo regular son muy frágiles, cuando se trata del nacimiento de un bebé prematuro debemos dedicar especial atención y cuidado.

Ellos son más vulnerables y necesitan un poco más de cuidado, pues carecen de muchas cosas que sí tiene un bebé que cumplió el ciclo completo dentro del vientre materno.

Dentro del mundo animal, es difícil presenciar un caso como este y se habla muy poco de estas situaciones, pero ellos necesitan tanto cuidado como los bebés humanos, pues sus vidas dependen de eso, por lo que es necesaria mucha atención para que crezcan sanos.

Peanut, el gatito, nació una semana antes que los demás gatitos de su camada, algo muy sorprendente; sus otros dos hermanos nacieron muchos días después que él.

Al ser un gatito prematuro, sorprendió a todos con su diminuto tamaño, Peanut apenas tenía el tamaño de un pulgar por lo que sus dueños y su madre debían cuidar mucho de él.

Al principio fue difícil para el pequeño gatito, pues ni su madre gata creyó que pudiera sobrevivir; después de haber dado a luz al gatito, la gata desapareció, pues creyó que iba a morir y no podía hacerse esperanzas con respecto a la vida del gatito. Ella debía ser valiente por los otros dos pequeños que aún estaban dentro de su vientre.

El pequeño Peanut era diminuto, apenas tenía pelo, lo que le dificultaba mantener el calor corporal, era muy frágil, tenía dificultades para respirar y no podía moverse, el gatito necesitaba ayuda inmediata si es que acaso querían que tuviera esperanzas de vida, es por esto que sus dueños empezaron a atenderlo y alimentarlo.

Fue un trabajo difícil que necesitó de mucho tiempo, tuvieron que alimentarlo, limpiarlo y mantenerlo calientito para que sobreviviera así durante una semana; posteriormente, la mamá de Peanut volvió a casa con los demás bebés, ellos sí tenían el tamaño ideal y se les veía completamente sanos.

Peanut, por su parte, le tomó todo este tiempo ganar un poco de peso y tamaño y ya había crecido lo suficiente para medir lo mismo que la palma de su madre humana.

Ya que su madre gata había regresado a casa, decidieron poner a Peanut junto a ella y la reacción sorprendió a más de uno.

La gata tomó al pequeño Peanut y empezó a cuidarlo y alimentarlo, ella estaba muy feliz de que su hijo hubiera sobrevivido; se la notaba realmente sorprendida y verlo de nuevo parecía haberla llenado de esperanza. Estar junto a su madre ayudó a Peanut, pues él alcanzo su tamaño ideal y se volvió tan grande como el resto de sus hermanos.

Hoy en día Peanut se convirtió en un gatito completamente sano, además de ser el más travieso y juguetón de su camada.

Love Meow

Su recuperación fue increíble, ya tiene siete meses y pasó de ser un gatito prematuro, del cual nadie esperaba que sobreviviera la primera noche, a ser el gato más guapo que podría existir.

No dejes de compartir la milagrosa historia de Peanut.

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