Una de nuestras lectoras nos ha enviado la historia de su perrita rescatada Yuli. Su relato me ha llegado al corazón y nos ha pedido que lo compartamos con los lectores. Elvira, muchas gracias por compartir esta hermosa historia con nosotros.
«Hola amigos, gracias por contestar y feliz de contarles la historia de mi perra Yuli.
Vivo en Santiago (Chile), tengo una Escuela de Conductores y el día Miércoles 14 de Agosto de 2013, cuando ya cerraba mi Escuela, me di cuenta de que había entrado al jardín un perro pastor alemán que se echó en el pasto. Me acerqué a él pero noté que estaba muy asustado y no me atreví a sacarlo del jardín porque era invierno y hacía mucho frío. No sabía qué hacer porque vi que tenía un poco de sangre, así que le puse unos cartones y lo dejé ahí. Me tenía que ir y le dije «mañana te tendrás que ir, pero hoy pasarás la noche acá».
Al día siguiente fui a la Escuela. Justamente ese día era feriado en Chile pero fui a ver como estaba el perro. Cuando lo vi me impresionó; se estaba moviendo y sus patas traseras habían sido atropelladas, una la tenía totalmente girada y la otra se le veía su hueso. Fue muy fuerte ver el estado en el que se encontraba el perro. Me puse muy triste e inmediatamente traté de contactar con instituciones de animales que me pudieran ayudar, sin ningún resultado.
Llamé a un veterinario que fue a verlo y me dijo que era muy difícil salvarle la pata que estaba fracturada, que había que amputar. Le conté que el perro había llegado la noche anterior y no sabia de quien era. Entonces me sugirió que lo «durmiera», pero ninguna de las dos soluciones que me daba me parecían correctas.Le preparé una camita y al día siguiente una amiga me sugirió que lo llevara a otro veterinario, pero el perro era grande, no me atrevíaa a tomarlo. No sabía como iba a reaccionar, así que llamamos al doctor y él vino a verlo.
Me dijo que podía operarlo y salvarle su pata, colocando una prótesis que uniría ambos huesos. También me confirmó que no era macho sino hembra y que tenía poco más de un año de edad. En ese momento me di cuenta de que era una perrita sedienta de cariño y amor, muy dócil y regalona, así que con mi amiga hicimos una publicación en Facebook con fotos de la perrita solicitando ayuda para poder operarla. El costo de la operación era alto y no contaba con los recursos para hacerlo, pero gracias a Dios, muchas personas colaboraron. Nunca pensé que iba a recibir ayuda de personas anónimas, fue un gesto demasiado generoso de estas personas que se conmovieron al ver las fotos y el estado en que se encontraba esta perrita.
El veterinario la operó el sábado 17 de agosto y la operación duró 3 horas. Yo estaba muy nerviosa por la anestesia y por lo que significaba una operación así. La dieron de alta al día siguiente pero su post operatorio fue demasiado agotador. La primera semana la llevaba cada día al veterinario para que viera la evolución de la operación. La semana siguiente tenía que cambiarle las vendas y desinfectar sus heridas. El doctor la veía una vez por semana y después cada 15 días.
En todo ese proceso, tuve que administrarle antibióticos cada 8 horas. Una vez le retiraron las vendas, el doctor me indicó que tenía que colocarle una pantalla para que no se lamiera sus heridas. Fueron dos meses muy agotadores, pero la operación y el cuidado que tuvo la perrita fue realmente un éxito, sus patas quedaron muy bien.
La bauticé con el nombre de Yuli y hemos entablado un lazo de amor inmensamente infinito. La amo con todo mi corazón y yo se que ella a mi. Nunca supe quienes eran sus dueños, nadie la reclamó ni preguntó por ella. Ahora es una perra feliz, corre por todos lados, es muy efusiva, le encanta que le hagan cariños y la abracen, es tremendamente regalona.
Siento que mi perra Yuli fue una luchadora, una sobreviviente y llegó al lugar correcto. Muy pronto voy a cruzar a mi perrita y va ser mamá. Esta es la historia de mi perra Yuli, espero que les haya gustado y adjunto fotos desde el día que llegó con sus patitas atropelladas, su operación, el proceso de recuperación y como esta ahora.
Gracias nuevamente por permitir que pueda contar esta linda historia con un final feliz.»
La historia de Elvira y Yuli es preciosa. Me ha encantado poder leerla y que Elvira contactara con nosotros para que la publicáramos. Gracias de nuevo Elvira, ojalá todo el mundo tuviera un corazón tan bueno como el tuyo.
Si quieres que publiquemos tu historia, no dudes en contactar con nosotros!
Comparte la hermosa historia de Elvira y Yuli. ¡Seguro que le encanta a todo el mundo!