Hombre salva a una indefensa bebé rechazada por su madre y la convierte en una belleza felina

Se supone que el amor de madre es el sentimiento más grande que puede existir y se manifiestan con los cuidados hacia un hijo, esto aplica tanto para los seres humanos como para los animales.

Pero, tristemente no siempre sucede así, y a veces los hijos son rechazados inexplicablemente por quien los trajo al mundo, y esto fue lo que le sucedió a Sansa, una pequeña gatita que fue abandonada por su madre.

Sansa estaba muy pequeña y delgada, pero afortunadamente, Alan, un generoso hombre la acogió y se convirtió en su nuevo padre haciéndola parte de su familia.

Cuando llegó a manos de su nuevo padre humano Sansa era del tamaño de una palma de una mano apenas podía comer y solo era piel y huesos. Su pelaje era muy fino y para nada abundante. Realmente era muy pequeña.

Por fortuna durante los meses siguientes esta tierna gatita fue creciendo y desarrollándose satisfactoriamente.

Cuando Sansa nació su madre pensó que ella no sobreviviría por su pequeño tamaño y su bajo peso, entonces la rechazó y se enfocó en cuidar al resto de los gatitos de la camada que estaban más saludables.

Por primera vez, ella se sintió amada y en un hogar.

Fue entonces cuando Alan se encontró a Sansa y la rescató, sin pensarlo decidió hacerse cargo de ella y cuidarla con mucho amor.

Sansa era más pequeña que sus pies, pero el corazón de esta felina bebé era inmenso y solo necesitaba ser amada. Se acurrucó junto a su papá humano y se durmió sobre él, ronroneando sin parar.

Alan comenzó a alimentarla con biberón las 24 horas, asumiendo el rol de su madre.

Ella era la cosita más pequeña que habían visto.

Alan le mostró su nuevo hogar para que se sintiera más segura mientras ella lo seguía a todas partes.

Tenía muchas camas cómodas para dormir y varios juguetes.

Uno de sus pasatiempos favoritos es acurrucarse en la mesa de la computadora

Sansa fue creciendo sana y feliz.

Su personalidad es adorable.

Le encanta ser la atención de Alan, a quien nunca deja solo.

Ella es la pequeña y dulce cariñosa.

Sansa es un calicó, un gato doméstico que tiene una coloración característica de su pelaje blanco con manchas marrón y anaranjado con negro.

Celebramos que esta hermosa gata encontró a un buen padre que la cuidó y le dio un verdadero hogar que le permitió crecer sana, feliz y sobre todo llena de amor.

Comparte esta adorable historia con tus amigos y familiares, afortunadamente tuvo un final feliz.

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