Joven de 17 años abre un refugio de animales único y ya ha rescatado a 22 perritos y 4 gatitos

Eduardo Caioa es un joven apasionado que ha dedicado su vida a rescatar los animalitos más vulnerables de su ciudad, Anápolis, Brasil. Desde que era un niño su sueño fue convertirse en instrumento de amor que le permitiera salvar tantas vidas como sea posible.

Hoy día ese sueño se hizo realidad gracias al apoyo que ha recibido de su familia, su dedicación, pero sobre todo, su amor por los peludos abandonados.

El joven activista abrió un refugio para ayudar a los animalitos más vulnerables.

joven

El refugio recibe el nombre de EduPaçoca Institute. Y al respecto Eduardo comentó:

“Este año implementé un gran sueño de construir mi instituto. Alquilé una casa y tengo patrocinadores que ayudan con los gastos. Voy allí todos los días. A veces hago autostop o monto en bicicleta durante 30 km, pero nunca me quejo porque siempre fue lo que soñé”.

Esta idea de abrir un refugio se originó en marzo, mientras alimentaba algunos perritos sin hogar el joven se dio cuenta que cada día aparecían más peluditos abandonados. Al principio 10 perritos fueron quienes los seguían a todas partes, así que ellos fueron los primeros en irse al refugio.

Desde que era un niño ha sido amante de los animales.

Para Eduardo no se trata solo de un espacio donde los perritos cuenten con techo y comida, quiere ofrecerles un verdadero hogar y que se sientan amados.

“No quiero un depósito de perros, sino un hogar. Quiero que sepan que incluso si no son adoptados, estarán conmigo hasta que envejezcan o mueran”, dijo el joven.

La zona donde vive Eduardo es muy fría, lamentablemente, muchos perritos callejeros mueren de hipotermia o de alguna enfermedad.

Si bien el joven no cuenta con ninguna ayuda de los entes gubernamentales de su ciudad, confía que sus acciones pueden hacer la diferencia en estos peludos vulnerables.

Cada animalito rescatado es una nueva historia de amor.

Afortunadamente, su familia y algunos patrocinadores confían plenamente en su causa y han hecho posible que el refugio se convierta en el mejor espacio para que los perritos realicen diferentes actividades y reciban toda la formación antes de ser adoptados. Eduardo comentó:

“Quiero que el Instituto se convierta en algo mucho más que un refugio. En el formato de guardería recreativa, quiero hacerlos felices y saludables para que puedan ser adoptados”.

Para este joven amante de los peluditos el mayor reto es sanar sus heridas emocionales, la gran mayoría llega al refugio no solo heridos sino con miedo y sin confiar en las personas.

Cada perrito necesita de atención y cuidados especiales para lograr el mejor resultado. Con el tiempo, reconocen que están en buenas manos y dejan florecen su verdadera personalidad.

“En estos años de alimentar animales en las calles, me di cuenta que tienen sentimientos muy similares a los nuestros. Hay un perro llamado Baiano que siempre me trae regalos: una botella, un tazón o una hoja. Tuve la idea de crear un lugar diferente. Una guardería con colores, juguetes, recreación, actividades, música, baile, fiestas temáticas y cumpleaños”, destacó Eduardo.

Actualmente, en el refugio se encuentran 22 perritos y 4 gatitos, todos fueron rescatados por Eduardo.

Si bien al joven le parte el corazón no poder ayudar a todos los peluditos que se encuentran en la calle, rescata aquellos más vulnerables. Al respecto el joven comentó:

“El mayor desafío es tener que elegir a quién llevar y quién se queda en la calle. El espacio aún es pequeño y no puedo con todos”.

Eduardo ha logrado cambiar la vida de muchos peluditos, con su amor y disciplina ha demostrado que hacer la diferencia es posible cuando se quiere ayudar con el corazón.

Como proyecto a largo plazo se ha planteado extender el instituto tanto física como económicamente, solo así podrá ayudar a más animalitos, especialmente a los ancianos y rechazados por alguna enfermedad.

Todos merecen la oportunidad de sentirse amados.

Por ahora, el joven está satisfecho por todo lo que ha logrado, su mayor regalo es ver a los peluditos sanos, llenos de confianza y con la mirada dulce llena de esperanza.

“El objetivo final es encontrarles familias, pero hasta entonces, hacerlos sentir como si ya tuvieran un hogar. No solo quiero tratar las heridas físicas del animal, sino sus almas heridas”.

Las acciones de este joven ya han ganado popularidad y cada día son más las personas que se suman a esta hermosa causa. VOAA ha lanzado una campaña para ayudar a recolectar fondos para EduPaçoca Institute. Con ello se cubrirá los costos de alimentación, productos de limpieza, atención veterinaria, alquiler de nuevos espacios, y todo lo necesario para mejorar la calidad de vida de los peluditos.

 

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Este joven no solo muestra interés en ayudar a los animalitos más necesitados, a través de sus redes discute temas de interés para mejorar su país, como los derechos humanos, políticas públicas, protección animal y cuestiones ambientales.

“Intento hacer este mundo un lugar mejor. Y sé que el milagro que la gente le pide a Dios está en la acción que se realiza a diario, ya sea alimentar a un perro callejero o ayudar a una persona mayor escribiendo algunas cartas”, dijo Eduardo.

Este joven con gran interés por el activismo social e infinito amor por los animalitos es un gran ejemplo para recordar que no hay excusas para realizar obras de misericordia. Después de todo, son las acciones y no las palabras las que revelan lo que habita en nuestro corazón.

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