La pobre perrita no quería volver a ver un humano pero él supo que debía darle una nueva vida

Cuando un perrito ha pasado por experiencias traumáticas y tratos injustos tiene que pasar por un largo proceso de recuperación. A la mayoría de ellos les cuesta mucho volver a confiar en los humanos. Su única esperanza está en encontrar a alguien con un corazón enorme que pueda tener toda la paciencia necesaria para que dejen los días de su duro pasado atrás.

“Son perritos que creen que lo han perdido todo. Merecen conocer una vida más feliz”.

Howard Holloman es una gran amante de los perros y cuando decidió que quería otra mascota se dirigió al refugio local. Desde el momento en que entró allí se topó con decenas de perros llenos de energía.

Se asomaban a la reja para saludarlo y tratar de llamar su atención. Todos eran hermosos pero hubo una perrita en especial que llamó mucho la atención de Howard.

La historia de Noodles ya ha sido vista por más de 2.5 millones de personas en todo el mundo.

Se trataba de una beagle que no actuaba igual que el resto. Se encontraba asustada en una esquina, mirando a la pared y temblando. La pequeña había pasado por una fuerte experiencia de tratos injustos y no quería acercarse a un humano nunca más. Howard supo que esta era su nueva mascota.

La perrita nunca fue agresiva, pero sí evitaba el contacto con los humanos.

Necesitaría de mucho trabajo y amor pero esto era lo que lo inspiraba más a darle una nueva vida. Al principio, Noodles se negó a moverse de su esquina pero poco a poco fue acercándose un poco más a Howard. La llevó consigo a casa y se preparó para ganarse su corazón.

Noodles ya tiene casi dos meses con Howard.

Por suerte, contaba con la ayuda de otro perrito. Weezie actuó como el hermano mayor de Noodles y con juegos y mimos la perrita logró salir de su cascarón. Noodles tenía mucho miedo de los humanos, pero se llevaba de maravilla con su hermanito perruno. Gracias a él se animó a conocer la casa, jugar y comer.

Weezie también había sufrido de tratos injustos hasta que Howard lo rescató.

Con el paso del tiempo, la perrita veía que Weezie pedía constantes mimos a Howard y comprendió que no estaría nada mal acercarse a él. Después de un mes, Noodles se encuentra completamente feliz en su nuevo hogar. Era hora de volver a confiar.

“Gracias por darle una segunda oportunidad”.

A lo largo de los años, muchos pasaron por el refugio haciendo caso omiso de Noodles. Sin embargo, Howard supo reconocerla en medio de tantos perritos y trabajó arduamente para que llevara la vida feliz que se merecen todos los perritos.

No dudes en compartir esta nota para ayudar a crear concienca. Perros como Noodles pueden significar un poco más de trabajo, pero merecen más que nadie de una vida en donde conozcan el amor.

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