Llegaba tarde a su cita de trabajo pero vio una perrita con una cadena de 10 kilos en su cuello

Cuando estás frente al volante de un vehículo automotor debes prestar suma atención a todo lo que está alrededor de ti, incluso las cosas que suceden al bode del camino. Este sumo cuidado ha sido el protagonista de un hermoso rescata que convirtió a Ashli ​​Garza en un verdadero ángel para un indefenso perrito.

Ahsli iba contra reloj para una cita de trabajo en Mission, Texas (Estados Unidos), pero esto no evitó que se detuviera repentinamente su auto al percatarse de un can que estaba en peligro. El animalito había sido dejado al lado de una carretera de cuatro carriles en la que circulaban decenas de vehículos y evidentemente cualquiera podría golpearlo.

La mujer no dudó ni un segundo y decidió intervenir.

El animal se notaba atemorizado, estaba cubierto de barro y con una gran cadena de hierro que le arropaba alrededor de su cuello. Garza, que es una rescatista independiente, no sabía cómo podría reaccionar el animalito pero igual debía ayudarlo.

«No estaba realmente segura de lo que iba a hacer porque hay tantos perros callejeros por aquí, y no todos son fáciles de atrapar. Ellos están tan acostumbrados a que los ahuyenten o los traten mal», confesó la rescatista.

El perrito estaba aterrado.

Aunque el perrito se mostrase arisco, Ashli no podía alejarse como si nada, así que pensó que al menos debía fotografiarlo para publicar su perfil en una página web de mascotas perdidas, quizás alguien podría estarlo buscando.

Pero más que fotografiarlo, no se quedó sin ayudarlo al ver que la pesada cadena hierro daba al menos dos vueltas alrededor del débil cuello del animalito ¡Debía intervenir!

Ella no podía dejar al perro sufriendo en ese estado.

No sólo el temperamento del can era un asunto difícil en ese momento. Iba camino a su entrevista de trabajo, no tenía tiempo que perder pero además llevaba en su automóvil el vestido de matrimonio de una de sus amigas y estaba a punto de subir al vehículo a un can lleno de barro.

“Pensaba, ‘Dios mío, este perro está embarrado. Tengo el vestido de novia de mi amiga en el auto. Esto realmente podría salir mal en cualquier momento’”, recordó Garza.

Las cadenas lastimaron la piel de su cuello.

La mujer dejó de lado sus temores e hizo lo posible para ganarse la confianza de la criaturita, el animal más de 9 kilogramos y como pudo logró convencerlo para que se dejara ayudar pero no podía hacerlo sola.

De algún modo él sintió que podía estar en buenas manos.

La mujer necesito ayuda antes de remover la cadena de casi 10 kilos, por fortuna la perrita no sufrió mayores lesiones.

“Estaba envuelto dos veces. Me sorprende que el único daño que haya hecho haya sido un poco de irritación y frotamiento de la piel. No sé cómo habría levantado la cabeza y no estoy exagerando”, dijo Garza. 

Al principio la criaturita estaba bastante inquieta dentro del automóvil, por lo cual Ashli intuye que no estaba acostumbrada y que su nerviosismo también se debía a los malos tratos que pudo haber recibido en el pasado pero en pocos minutos la perrita se calmó.

¡Tranquilo amigo que la ayuda por fin llegó!

No necesitaba conocer su historia pero era fácil deducir que quien la había dejado sola y en ese estado no era nadie de buen corazón, así que Garza decidió adoptarla y llamarla Penélope.

“Obviamente, sólo con esa cadena, puedo imaginar cómo fue tratada. Así que su despreocupación es bastante impactante. Sucedió bastante rápido”, dijo Garza.

Ashli espera que al compartir la historia de Penélope la gente sea más cautelosa cuando conducen y presten auxilio a tantas criaturas que están allí afuera requiriendo ser salvadas. Sólo es necesario estar bastante atentos a las circunstancias y ya el resto lo dictará tu corazón, tal como ella misma lo señaló: “Necesitamos tener corazón. La compasión es gratis».

Esta perrita sufrió hasta que una persona generosa se acercó a ayudarla, como ella miles de animales pasan por esto cada día ¡Comparte la historia de Penélope y recuérdale al mundo que sólo nosotros podemos salvarlos!

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