“Los pequeños merecen un lugar en el Paraíso, porque tú fuiste un ángel para todos nosotros»

Los perros son animales extraordinarios, portadores de amor, cariño y fidelidad a toda prueba. Por eso, cuando nos dejan para irse a otro plano de existencia, sentimos que todo a nuestro alrededor se nubla y tiene un color diferente. Esto lo supo una comunidad que ha compartido sus días junto a un pequeño peludo sin igual.

Tigro, el perrito emblema de la comunidad italiana de Piazza Armerina, tristemente ha fallecido. Fue un canino muy amado por todos quienes le conocieron. Por eso, ahora, en honor a su memoria, fue sepultado en un lugar especial para que los vecinos que lo quisieron en vida, puedan visitarlo. Tigro no será olvidado fácilmente.

Y es que, resulta difícil pasar la página de este hecho que ha dejado a muchos residentes de la provincia de Enna, al sur de Italia, devastados por la pérdida. El consuelo, al menos, será recordar lo feliz que fue el perrito mientras vivió.

De hecho, era tan apreciado por todos, que fue apodado cariñosamente como el “alcalde de la ciudad”. Por eso, al conocerse la terrible noticia de la muerte de Tigro, comenzó a prepararse un homenaje a la mascota oficial de la ciudad.

“Tigro, te has convertido en nuestro ídolo, has dado un ejemplo de vida a todos con tu presencia, en cada ocasión fuiste un ángel enviado por Dios, tuviste algo sobrenatural y siempre lo demostraste amando a las personas”, escribió Rita Oliveri en sus redes sociales.

La huella que este singular perrito dejó, nunca podrá ser borrada. Tan especial fue en vida que, incluso después de su partida, su cuerpo inerte estará acompañado por las personas que le quisieron en Piazza Armerina.

“Los pequeños merecen un lugar en el Paraíso, porque tú fuiste un ángel para todos nosotros, siempre llevaremos tu recuerdo a cuestas. Agradezco a quienes te dieron el honor de ser enterrado en Villa Garibaldi, porque nos da la oportunidad de venir a visitarte y traerte una flor. Descansa en paz”, agregó Oliveri.

Por desgracia y, aunque muchos quisiéramos que los perros fuesen inmortales, no es así. Aunque su tiempo de vida sea breve, en su paso por este plano lo dan todo por sus seres queridos. Así, nosotros, los humanos, debemos retribuírselo y agradecérselo con creces.

Una de las grandes dificultades a la hora de despedir a estos compañeros de cuatro patas, es la ausencia de ceremonias alrededor de su muerte. Hacen falta rituales para despedirlos.

Los rituales nos sanan y, además, honran al ser que partió. Es así que, nombrarlos, llorarlos y rendirles tributo forma parte de despedir tal y como se merece a ese ser que ha sido esencial en nuestras vidas. Afortunadamente, Tigro ha tenido una gran despedida.

Comparte esta historia con tus seres queridos. Es difícil decirle adiós a ese fiel amigo que nos acompañó en las buenas y en las malas. Mucho más expresar con palabras el dolor que uno siente ante la pérdida de una mascota. ¡Vuela alto, Tigro!

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