Un pit bull sin pelo tirado en la calle no puede creer que alguien quiera darle amor

Este chico se llama Oliver, y la mirada que tenía cuando lo encontraron da mucha tristeza. Toda su piel estaba enrojecida y había perdido casi todo el pelo por rascarse desesperadamente. Estaba en una jaula temblando de miedo, cuando una persona lo vio deambulando en las calles y lo llevó al Chicago Animal Care and Control. Nadie pudo determinar cuánto tiempo llevaba solo, pero se notaba que era mucho…

«Es el peor caso de sarna que he visto», comentó Stephanie Lee, voluntaria del refugio.

«Caminé hasta su jaula y empezó a llorar y temblar. Había varias partes de su cuerpo que sangraban porque estaban muy infectadas«.

En ese momento ella contactó a Tanner Smith, de Knox County Humane Society, para trasladar al chico a un hogar de crianza.

«Cuando lo vi me enamoré de él. Se veía muy mal… Supe que teníamos que ayudarlo», comentó Tanner. A pesar de su dolor estaba claro que solo deseaba recibir amor. Cuando los voluntarios se sentaron en el suelo con él, empezó a acostarse, dar vueltas y mover la cola. 

Se sospecha que antes de vivir en la calle tuvo una familia…

«No estaba desnutrido cuando lo encontramos, parece haber sido el perro de alguien que no lo llevó a tiempo al veterinario cuando su piel se empezó a poner así, entonces resolvieron tirarlo en la calle».

Después de que el veterinario lo vio, le diagnosticaron sarna roja, entre otras infecciones secundarias de la piel. Lee y su esposo Johnny le dieron su propia habitación en casa y se lo llevaron a vivir con ellos… «Estaba tan incómodo que ni siquiera podía dormir», comentó Lee.

Le dieron baños gentiles acompañados de un champú especial que ayudaría a limpiar su piel; además, le aplicaron lociones y aceites para calmar la irritación.

«La mayoría de los perros se escapan de los baños porque les estresa mucho, pero él se sienta allí tranquilo como si supiera que lo estamos ayudando«.

Después de cuatro semanas de baños, aceites y medicación, Oliver finalmente está resurgiendo de las horribles irritaciones y comenzando a sonreír. Así afloraron otras necesidades del chico, como por ejemplo jugar, pasear, dar amor… Ser feliz.

Después de seis semanas con sus padres adoptivos se le quitó la sarna y está saludable. Está listo para buscar un hogar permanente 😀

Qué fortuna que pudieron ayudarlo hasta sanar, son personas bondadosas y merecen reconocimiento. Esperamos que pronto adopten a Oliver 😛

Chicago Animal Care / Knox County / Stephanie Lee

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