Sus vidas quedaron marcadas por un doloroso pasado, pero juntos recuperaron las ganas de vivir

Amira es una linda perra que tuvo que pasar por un duro momento cuando perdió toda su camada y quedó deprimida por varias días. Pero su historia dio un giro inesperado cuando conoció a un pequeño gato con el que entabló una maravillosa relación. Mohammad Alaa Jaleel es el dueño del refugio en donde viven ambas mascotas, y se quedó muy sorprendido con la instantánea relación de madre e hijo que lograron entablar.

Debido a la guerra en Siria, son cada vez más las mascotas abandonadas por sus familias.

Mohammad es el encargado de un refugio en Syria, que se encarga de proveer cuidados básicos a todos aquellos gatos que han sido abandonados por muchas familias que se ven obligadas a huir por la guerra.

El número de gatos que son abandonados en esta condición aumenta cada vez más al punto en que hoy en día este refugio cuenta con más de 80 gatos que han sido rescatados en medio de las zonas abandonadas por la guerra.

Amira perdió todos sus cachorros al momento de dar a luz y cayó en depresión.

Amira vive también en este refugio. Un día se alejó de sus dueños para dar a luz sus cachorros, pero lamentablemente perdió a todos los integrantes de su camada. Trataron de darle todo el amor y apoyo posible, pero la perra se mostraba muy afectada y prefería estar sola después de la pérdida de sus cachorros. Lo impresionante fue que lo que permitió que saliera de su depresión fue la conexión que estableció con un pequeño gato que acababa de llegar al refugio.

Solo al conocer al gato Junior pudo sobreponerse y empezar de nuevo.

El gato se llama Junior, fue rescatado de las calles de Siria y desde su llegada se acercó tímidamente a Amira y pocos minutos después ya se encontraban muy tiernos y acurrucados. La conexión fue instantánea; y aunque ambos venían de duras situaciones, Amira pudo volcar en este pequeño gatito todo su instinto maternal.

Junior necesitaba una madre y Amira necesitaba a sus cachorros, así que se han complementado.

La gente del refugio los encuentra jugando juntos en todo momento, y se ven tan felices que incluso les parece divisar una sonrisa en el hocico de la linda Amira. La perrita siempre se muestra protectora con el pequeño Junior y juntos toman largas siestas, hacen rondas de vigilancia en el refugio y hasta comen del mismo plato en completa armonía.

El par de animales incluso toman la siesta y comen juntos.

Las fotos de estos tiernos animales logran transmitir el gran nivel de empatía que se tienen y desde que se conocieron parecen completamente dispuestos a no volver a separarse. Es una tierna historia que nos ayuda a recordar cómo podemos encontrar siempre un buen amigo, incluso en los momentos aparentemente imposibles de superar.

Esta emotiva historia merece ser compartida y difundida para recordar a aquellos amigos que siempre nos ayudan en momentos difíciles.

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