Perrita duerme con un ojo abierto por el pánico a que quien le hizo tanto daño regrese algún día

Cuando un perrito o una perrita sufre negligencia y abuso, no sólo es necesario sanar sus heridas físicas sino también emocionales, éstas incluso pueden llevar mucho tiempo en curar hasta lograr que vuelva a confiar en las personas y comprenda que todo estará bien.

Tristemente, son muchos los perritos que sufren fuertes tratos dejándoles secuelas que se transforman en fantasmas.

Esta es la historia de Pani, una adorable perrita que le costó comenzar de nuevo después haber sufrido tanto.

El pasado de esta pobre perrita le dejó algunas huellas difíciles de borrar

perrita

Pani llegó a un grupo de rescate en Estados Unidos, quienes recibieron una llamada de un perrito que venía de Irán. El personal sabía que la pequeña bola de pelos había sufrido una fractura en la columna, por lo que estaba paralizada, pero no tenían mucha más información sobre su pasado.

Tan pronto como Pani llegó, fue trasladada a su nuevo hogar junto a su madre, una joven llamada Tedi.

Aunque la perrita estaba agotada se negaba a quedarse dormida.

La joven fue cautelosa en todo momento al notar que el nuevo miembro de su familia era muy tímida.

Rápidamente, se dio cuenta de que la dulce Pani no confiaba en nadie. Al pasar toda su vida en las calles las personas no fueron muy buenas con ella, por lo que ahora no era muy receptiva.

Cuando intentaba descansar se aseguraba de mantener un ojo abierto

A la perrita le era muy difícil comprender que ya estaba salvo, más allá de todos los intentos que hacía su madre, Pani no podía relajarse y se mantenía despierta  las 24 horas del día, todos los días de la semana.

Por mucho que la perrita quisiera dormir y descansar, algo en ella no se lo permitía, sentía pánico de quedarse dormida y que los fantasmas del pasado volvieran a perjudicarla.

Fortalecer sus músculos y tener su confianza era lo más importante para Tedi.

Ante ello, Tedi hizo todo lo posible por ganarse la confianza de la perrita y que pudiera descansar tanto como se lo merecía.

La inscribió en fisioterapia para ayudarla no solo a aumentar su movilidad sino a recuperar su confianza.

Aunque la perrita tenía algunas limitaciones, esto no la frenaba y aprendió a disfrutar cada segundo en el agua.

La silla de ruedas y la fisioterapia la ayudaron a salir adelante en este difícil proceso.

También obtuvo su propia silla de ruedas para que pudiera correr como cualquier otro perrito, una vez que se convirtió una experta Pani no quiso dejar de usarla, esto le devolvió la confianza.

Si bien la hermosa perrita había logrado grandes avances, aún luchaba por no quedarse dormida.

Después de tres largos meses Pani al fin logró conciliar profundamente el sueño.

Es posible que haya sufrido alguna mala experiencia mientras dormía ocasionándole un gran temor.

Ante ello Tedi tuvo que ingeniársela para lograr que la dulce perrita se acostara a los pies de la cama y descansara por primera vez en mucho tiempo al menos unos minutos.

Finalmente, Pani volvió a confiar en los humanos y sabe que está a salvo:

Fue cuestión de tiempo para que Pani comprendiera que aun durmiendo, todo estaría bien.

Con mucha paciencia pero sobre todo infinito amor, su madre logró que su pequeña bola de pelos durmiera plácidamente boca arriba, la posición más vulnerable para un perrito.

El amor todo lo puede cuando haces las cosas de corazón.

Todo su esfuerzo valió la pena, finalmente Pani encontró la manera de descansar, y qué mejor manera de tener dulces sueños que siendo custodiada por quien tanto la ama.

Infinitas gracias a todos los grupos de rescates y a esos maravillosos seres que se convierten en ángeles para los perritos más vulnerables. Solo quien ama una mascota conoce el verdadero amor, adopta y transforma una vida.

Te recomendamos