Una mujer pasa la noche en un refugio para no dejar que un perrito terminal falleciera solo

El primer encuentro entre Janine Guido y Watson fue determinante para la breve, pero intensa relación que se estableció entre la activista para la defensa de los animales y el desafortunado perrito que estaba transitando sus últimas horas de vida.

Sus ojos fue lo primero que llamaron la atención a la fundadora de Speranza Animal Rescue.

“Parecía exhausto, como si estuviera listo para abandonar la pelea”, expresó, visiblemente afectada la mujer.

Watson había estado recluido en un hospital veterinario de emergencia después de que un chico de la universidad lo encontrara solo en un parque de Filadelfia la semana anterior. Estaba desnutrido, cubierto de heridas infectadas y tenía un gran tumor maligno en la pata trasera.

Lamentablemente, ya no había mucho que se pudiera hacer por él. El cáncer había avanzado de manera inexorable. La alternativa consistía en brindarle a Watson una muerte tranquila y digna. Él necesitaba que alguien se sentara con él. Lo único que podían hacer en ese momento era tratar de mantenerlo cómodo y Janine lo hizo.

Tenía la intuición de que las cosas no iban a ser buenas al día siguiente”, dijo. “No quería dejarlo solo. No cuando más me necesitaba”.

Ese día, al llegar la noche, la voluntaria recogió un montón de mantas y camas para perros y las colocó en el lavadero del rescate. Allí se quedó acostada al lado de Watson, hablándole para tranquilizarlo y acariciándolo.

Debilitado por su propia condición y probablemente sereno por la comodidad en la que se encontraba, Watson se quedó dormido casi de manera inmediata y Janine se quedó allí con él toda la noche.

«Durmió como una roca toda la noche, acurrucado fuertemente contra mí”, manifestó Janine. “Lloré para dormir y me desperté llorando también”.

Su última noche la pasó Watson recibiendo el afecto de alguien que, pese a no conocerlo durante mucho tiempo, le brindó un afecto incondicional. Cuando se despertó a la mañana siguiente estaba aún más debilitado que el día anterior.

No comía ni bebía y comenzó a dar vueltas en círculos. Falleció a las pocas horas. Para Janine Guido el impacto que le causó esa noche es algo que nunca olvidará y después de tanto tiempo de descuido y abandono, seguramente significó mucho para él también.

Janine expresa lo profundamente agradecida que se siente por haberle podido brindar unos últimos momentos llenos de amor, dignidad y aceptación. Le expresó lo mucho que lo amaba y lo importante que era para ella.

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