El rey de la selva siempre tendrá ese lugar, gracias a su fiereza y a la imagen tan imponente que nos da a todos con el simple hecho de mirarlo. En los zoológicos es posible poder mirarlos un poco más de cerca para conocer a estos animales, para los niños esto puede ser muy atractivo.
Eso es lo que creyó Sophia Walker, que con tan solo 3 años de edad, quedó impresionada con un león africano que pertenece al zoológico de Welligton, en Nueva Zelanda.
Un cristal muy resistente los separaba uno del otro, los padres de Sophia sabían que ella podía estar segura detrás de ese cristal para poder contemplar de cerca a ese león que no paraba de mirarla fijamente.
Las intenciones de la niña eran buenas, solo trataba de disfrutar al conocer a los animales de ese zoológico, quiso darle un beso al león, pero nadie esperaba la reacción que tuvo éste al recibir el beso de Sophie.
Aún más sorprendente fue que Sophie fue muy valiente, incluso se atrevió a darle un segundo beso a través del cristal.
El león parecía particularmente interesado en estar cerca del cristal en aquel día. Es por eso que Sophia solo tuvo que subir a una pequeña plataforma para poder estar casi a la misma altura que el león y mirarlo a los ojos.
Tras el primer beso, el león se levantó sobre sus patas traseras y comenzó a arañar el cristal, era una clara respuesta al beso que le había dado Sophie a través del vidrio; sin embargo, lo que muchos se cuestionan eran las intenciones del mamífero.
Si bien las reacciones corporales de este animal siempre nos pueden parecer agresivas, algunas personas dicen que la reacción del león fue amistosa, como si hubiese una conexión con la niña.
Otras personas, en cambio, opinan que la reacción del león es una muestra de la irritación y cautiverio al que es sometido. Al permanecer en un espacio reducido, las personas pueden llegar a ser la única forma de distracción para ellos y al mismo tiempo, una confusión.
Pero esta misma confusión se puede ver en la niña, su primera reacción fue de terror, claro que tenía miedo al mirar a un león alzar las garras contra ella aunque hubiera un cristal de por medio.
Después, cuando es alentada por sus familiares y amigos lo vuelve a intentar, pero el resultado inicial es el mismo: miedo.
Mira el video del encuentro entre la niña y el animal y júzgalo por ti mismo:
Los humanos tendemos a «humanizar» las reacciones de los animales, lo cierto es que en realidad no comprendemos lo que ellos sienten. Fácilmente, podemos llegar a malinterpretar una situación en la que un animal probablemente se lo esté pasando mal como algo divertido.
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