Reclusos son obligados a cuidar perros callejeros para reducir sus penas y doblegar su corazón

La situación que viven los perritos callejeros en muchos países es realmente abrumadora. Esto parece ir en aumento de forma especial en América Latina; sin embargo, han surgido algunas políticas bastante innovadoras que buscan darle algún tipo de solución al problema y que los perritos logren encontrar un nuevo hogar.

En este caso, el proyecto implantado en Brasil ha dado mucho de qué hablar y podría ser implementado en otras partes del continente.

Se trata de un centro penitenciario en Itajaí en el estado de Santa Catarina, donde los reclusos que cumplen una sentencia por cargos menores pueden reducir sus años tras las rejas haciendo una hermosa labor: cuidando y atendiendo a los perritos callejeros.

Los internos se han convertidos en los voluntarios de una especie de refugio que se encarga de atender a los canes en situación de calle.

El proyecto llamado ReabilitaCo surgió como una iniciativa del agente de la prisión Bruna RWLogen y busca ayudar a resolver dos problemáticas particulares: por un lado la  resocialización de los prisioneros y la situación tan lamentable en la que viven muchos perritos callejeros.

En una primera fase, 10 los reclusos de la Penitenciaría de Canhanduba han tenido la oportunidad de tomar cursos para aprender técnicas de baño y aseo animal.

El proyecto tomó varios meses en ser estructurado, pues se esperaba que los reclusos pudiesen instruirse un poco en los cuidados de los animales. Además, de haber pasado un breve estudio que los autorice antes de formar parte del programa.

La idea tampoco es exponer a los animalitos a más momentos desagradables de los que ya han vivido en la calle, así que los internos son siempre supervisados.

Los reclusos también participaron en los preparativos, pues ellos mismo se encargaron de construir las perreras y acondicionar el espacio para los animalitos.

«La idea surgió de la búsqueda de nuevos métodos para volver a socializar a los internos en Santa Catarina, como un diferencial del sistema penitenciario, además de otros métodos que ya están implementados», explicó Bruna.

Los especialistas han visto con buena cara esta iniciativa, pues el contacto con las criaturas ayudará a los reclusos a sensibilizarse. De hecho los resultados ya se han podido ver en el comportamiento que los hombres han demostrado.

“Ya hemos visto un cambio en el comportamiento. Los profesionales que trabajan en el sector psicosocial hicieron una evaluación, antes y después, del comportamiento de los presos. Hay un cambio de temperamento y más confianza en el futuro”, explicó la jueza Cláudia Ribas Marinho, titular del Tribunal de Ejecución Penal en el distrito de Itajaí.

Por cada tres días de trabajo en el programa, los reclusos consiguen el perdón de un día en su sentencia.

No todos los internos pueden participar en ReabilitaCo, sólo aquellos que han pasado previamente los criterios de buen comportamiento establecidos llegan a tener contacto con los perritos.

“Desde el momento en que comenzamos a hacer este trabajo, el contacto con los animales nos trajo un poco más de paz. El sentimiento de empatía y gratitud que encontramos en nuestra rutina diaria es gratificante. Me alegra ser parte de esto”, explica el recluso ‘WCG’, de 36 años.

Esto resulta no sólo resulta beneficioso para los internos, sino para los peluditos que disfrutan recibir las atenciones que antes nadie se animaba a darles. Así como los prisioneros, estas criaturas sufren el rechazo de mucha gente en la calle pero todos en este mundo necesitan una segunda oportunidad y más estos peludos que no han lastimado a nadie.

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