Pagó injustamente una condena y después de 40 años sale con la perrita que cuidó tras las rejas

Malcolm Alexander es de esos hombres que le tocó pagar una condena por un crimen que no cometió. En 1980 tenía tan solo 21 años de edad y fue sentenciado a cadena perpetua por presuntamente poseer a una mujer sin su consentimiento.

Durante todos estos años él mantuvo su posición firme argumentando que era inocente.

Después de un largo proceso y gracias a los avances tecnológicos se ha demostrado su inocencia y ha salido en libertad junto con el perrito que lo acompañó durante tanto tiempo. The Innocence Project es una organización sin fines de lucro que apoya a las personas condenadas injustamente, reformando el sistema penal desde 1992.

Se unieron al caso de Alexander para luchar por su libertad en 1996.

Después de más de tres décadas, ahora con 58 años de edad, Alexander esta absuelto de su crimen, pagó su condena en Louisiana State Penitentiary, también conocida como “Angola”.

Tras salir de prisión lo hizo con la perrita que cuidó tras las rejas. Para Alexander la perrita fue clave esencial para hacer de su carga un peso más liviano. Señala que incluso puede recordar su cumpleaños mejor que el de él.

Es una perrita labradora de nombre Innocent, o Inn abreviado.

La madre de Inn era de un amigo de Alexander, a pesar que existen muchos programas que le permiten a los reclusos criar y entrenar perros, Inn y su madre no formaban parte de algún programa. Algunos presos le permitían tener mascotas debido a su buena conducta.

Para Alexander Inn es su pequeña gran mascota, viene de una camada de 10 cachorros  y la eligió porque sentía que necesitaba atención especial. Recuerda cuando un día le dijo:

«Un día saldremos de aquí. Sólo sé paciente».

Por mucho tiempo el hombre cuidó y alimentó a la perrita, para él fue un privilegio haber tenido a Inn como mascota, hizo que su mundo, su realidad fuera diferente. Alexander no niega que estuvo mucho tiempo molesto cuando lo condenaron injustamente, pero ahora solo le queda disfrutar de la vida y dejar que las cosas sucedan.

Quiere empezar una nueva vida llena de amor y acompañado por su incondicional amigo fiel.

El tiempo que estuvo en prisión Alexander aprendió habilidades de carpintería y fabricación de joyas, ahora intenta recaudar fondos para abrir una pequeña tienda en Frenchmen Art Market/ Art Garage en Nueva Orleans. Alexander está dispuesto a trabajar fuerte para construir una vida nueva para él y para Inn.

Con el apoyo de sus familiares y su incondicional compañera harán grandes proyectos.

La perrita nunca ha estado fuera de las paredes de la prisión pero finalmente podrá disfrutar con total libertad. La adorable perrita fue un gran apoyo para Alexander y ahora él se encargará de darle protección y cariño infinito.

Comparte la nota para que el mundo sepa esta hermosa historia y comprenda que todos merecemos una segunda oportunidad.

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