Soldado se retira a un bosque para cuidar de criaturas salvajes huérfanas por culpa de cazadores

Todos tenemos un motivo para ser felices en la vida. Encontrarlo es una meta que cada quien debe proponerse alcanzar. No importa si es un proyecto de construcción, pintar un cuadro o escribir una novela. Sin embargo, también es posible que, a mitad del camino nos demos cuenta de que no es lo que buscamos.

Esto fue lo que le sucedió a Alexey Sedoy, de Rusia. Este hombre permaneció por largo tiempo formando parte de las fuerzas especiales de su país, lo que le obligó a intervenir en varios conflictos armados.

Alexey quedó traumado. No le gusta hablar de su pasado. Ahora, está dedicado a cuidar de los animales. Y es que, ¿quién diría que, detrás de todo su entrenamiento y personalidad férrea terminaría realizando el rescate de una familia de alces huérfanos?

Dejó la comodidad de su hogar y se trasladó a una cabaña que construyó en medio de la nevada y gélida tundra rusa, desde donde comenzó a realizar su labor. Cuando llegó se percató de que 5 alces bebés ya habían muerto por diversos factores, pero uno de ellos sobrevivió y necesitaba de mucha ayuda.

“La violencia de los cazadores ilegales acabó con la principal proveedora de estos hermosos animales, cuando solo eran pequeños. Ya cinco de ellos han muerto por diversas circunstancias”, dijo Alexey.

También, Alexey se encontró con un lobito que había sido rechazado por la manada de quien también se encargó, sin importarle el frío, la nieve y las condiciones infrahumanas de aquellos desolados parajes.

Lo cierto es que el hombre se ha vuelto noticia en todas las plataformas digitales del planeta, siendo retratado por fotógrafos para destacar su misión y mostrarla al mundo. A través de estas publicaciones, Alexey ha logrado conseguir varias donaciones.

Sin embargo, la mayor parte de su proyecto lo lleva a cabo por sus propios medios. Cuando el objetivo es criar a un alce bebé que perdió a su madre, y al lobito de ocho meses que fue apartado de su manada, nada más importa para Alexey.

Requiere dedicar 16 horas al día para alimentar al alce cachorro, armado y atento ante cualquier peligro. Y es que, el pequeño bajo su cuidado es presa fácil de los cazadores furtivos. Por su parte, por suerte, el lobo ya está lo suficientemente desarrollado para valerse por sí mismo.

“La historia de Alexey es una que no se acabará hasta que, por lo menos ese alce ya pueda cuidarse por sí mismo”, comentó un internauta.

Tanta ha sido la dedicación y el vínculo establecido entre Alexey y ambos ejemplares que, en cuanto al lobo, es muy probable que se convierta en el compañero fiel y en la mascota de este hombre rudo, pero de gran corazón y amor por los animales.

Comparte esta historia con tus familiares y amigos. Definitivamente, respetar a los animales es una obligación. Amarlos es un privilegio.

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