Un grupo de niñas decide vender sus dibujos para alimentar a los «perritos que nadie cuida”

La niñez es una de las etapas más felices en la vida de cualquier persona. Los niños no saben si son ricos o pobres, feos o bonitos, inteligentes o no, ellos son felices por el simple hecho de estar vivos y disfrutan cada momento sin preocuparse por el mañana.

No tienen prejuicios y miran el mundo con ojos nuevos y su mirada inocente y su forma de actuar, puede servirnos a los adultos de mucho. 

Nunca tienen pretextos como: “Estoy cansado”, “Tengo sueño”, “No quiero gastar”, “Mañana tengo que trabajar” y en parte es porque no tienen tantas obligaciones como nosotros, pero eso sí, ellos tienen tanto o más que enseñarnos a nosotros, que nosotros a ellos. 

Martina, Brisa, Lourdes, Victoria y Kiara tienen entre 7 y 10 años. Son cuatro niñas con un corazón de oro que decidieron un buen día instalar un puestito ambulante en la calle, en un barrio de la localidad bonaerense Tapalqué, Argentina,  para vender un producto extraordinario: sus sensacionales dibujos.  

¿El objetivo? Recaudar fondos para comprar alimento suficiente para repartirlo entre todos los perritos sin dueño que se crucen en su camino. 

Martina, Brisa, Lourdes, Victoria y Kiara son mejores amigas y vecinas. Victoria Kiara y Martina estuvieron de acuerdo con la fabulosa de idea de Lourdes, quien fue la autora intelectual del tierno emprendimiento de este grupo de ángeles de las artes plásticas. 

Así, las cuatro pequeñas tomaron sus lápices de colores, varias hojas de papel y, en una especie de frenética creatividad, comenzaron a plasmar en el papel muchos dibujos y paisajes diferentes, hecho que asombró a la madre de Lourdes quien les preguntó al grupo qué era lo que hacían. 

Estamos haciendo muchos dibujos para venderlos y darle de comer a los perritos de la calle que nadie cuida”, dijo tiernamente la pequeña Lourdes a su madre.  

El precio de cada dibujo fue estipulado en 10 pesos (0,49 euros) por las jóvenes artistas, quienes colgaron los dibujos en una persiana para exponerlos y ofrecerlos a sus vecinos de la calle 25 de Mayo, entre Martín Fierro y Bioy. 

La conmovedora muestra de solidaridad, empatía y generosidad demostradas por estas cuatro simpáticas y hermosas niñas, derritió el corazón de los usuarios de las redes sociales y se volvió viral en pocos minutos, ya que la decisión provino de ellas, en forma autónoma y sin intervención de los adultos. 

¡Los niños son realmente todo un ejemplo a seguir!”, comentó un emocionado internauta. 

 

Esta avalancha de amor arropó a todos los perros quienes hoy se ven realmente felices y agradecidos, como solo ellos pueden hacerlo; los padres, por su parte, se sienten orgullosos de haber educado a sus hijas que, con un lindo gesto nos dieron una lección de humanidad y de amor por los demás, una acción que ya todos los adultos deberíamos de imitar. 

Tener hijos es gratificante en muchos aspectos, pero, desde luego, una de las cosas más hermosas que nos brindan es la posibilidad de descubrir día a día un nuevo mundo a través de sus ojos. Comparte esta conmovedora historia con tus familiares y amigos.

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