Las adorables escenas de un mono acariciando a un perrito que trata como a uno más de su especie

No cabe duda de que los cachorros son como los niños. Son pura bondad e inocencia que tan solo pueden ser comparables a la de los infantes.

Para los bebés de diferentes especies animales no existen diferencias. Todos son iguales, ninguno supera al otro a la hora de conocer amigos y es por eso que es un verdadero placer verlos jugar y divertirse felices.

Tan es así, que un simpático vídeo muestra la tan buena amistad que un mono bebé entabló con un perrito, que hasta se ofreció para acicalar sus orejas de las odiosas pulgas que pudieran estar de visita en su nuevo compañero.

“El primate revisa las orejas del perrito en busca algún huésped no deseado, tal como si fuera uno de los suyos”, comentó un internauta luego de ver la publicación.

Tal como si de su propia cría se tratase, el primate inspeccionó meticulosamente al cachorro para cerciorarse de que su pelaje estuviera limpio.

Ve con detalles las orejitas del peludo. Con sus finos dedos va separando sus pelos, mirando si algún indeseado huésped molesta a su amigo. Repite esta acción todas las veces que sea necesario para asegurarse de no encontrar nada sospechoso.

Quiere que su compañero luzca igual de aseado que él, porque entre los animales no caben las diferencias, las imposiciones o el egoísmo, pero, sobre todo, esta escena es una metáfora antirracista que a todos debería abofetearnos y hacernos despertar de una vez.

Por su parte, el can confía tanto en su camarada mono que no tiene problemas en dejarse revisar, ya no es extraño, es un amigo. No intenta escaparse ni ladra pidiendo auxilio…, qué va, más bien parece que lo disfruta.

El monito acicala a su amigo de juegos minuciosamente y él se deja querer

Es lo más tierno que he visto en mi vida, eso sí que es amistad”, fue otro de los comentarios a la publicación del video.

Hay muchísimos casos más como el de este par de simpáticos amigos que inundan a diario las redes sociales, no solo entre ejemplares distintos, sino también entre miembros de una misma especie.

Muchas veces los animales constituyen verdaderos ejemplos de comportamiento para el ser humano. Su lealtad, sentido del sacrificio, valoración de la amistad y el cariño que ofrecen a los demás son dignos de admiración, respeto y algo que los humanos deberíamos imitar.

En conclusión, pareciera que los animales cumplen sobradamente con la máxima de “dejar que los hechos hablen por ti”. Poco quieren, poco piden, pero mucho ofrecen. Sin duda, son el más bello ejemplo que nos enseña a todos los seres humanos que no debemos hacer diferencias a la hora de socializar.

Los animales nos dictan cátedra de muchas cosas y refuerzan con sus acciones nuestros más altos valores humanos.

Aprendamos más de ellos y apliquemos ese conocimiento en nuestro diario vivir. De seguro seremos mejores hombres y mujeres viviendo en un cada vez en un mejor país y en un mejor planeta.

Comparte la historia de este mono con su amigo perro con tus familiares y amigos y recuerda que todos somos iguales ante los ojos de la Madre Naturaleza.

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