Un perro y un gato se vuelven inseparables sobreviviendo y acurrucándose juntos en la calle

Tal y como se ha demostrado, eso que dicen de que los perros y los gatos no pueden convivir es tan solo un mito. Sobre todo, si ambos se encuentran en una situación de calle que les exige estar en buena compañía para ayudarse mutuamente a sobrevivir a los embates y dificultades que ello significa.

Este es el caso de un canino de nombre Çakir y su mejor amigo felino, Garip. Ambos se conocieron en la calle y tenían en común la soledad y el desamparo. Sin embargo, hoy en día son muy conocidos en la ciudad de Taşova, en la provincia de Amasya, al norte de Turquía.

Un día, el simpático perrito y el dulce gatito se refugiaron dentro de un taller especializado en la producción de objetos hechos en mármol cuyo propietario, Adem Atasoy, los cuida con suma dedicación desde entonces, cuando los encontró cuidando uno del otro.

Ambos han tenido que lidiar con cientos de problemas para poder buscar su sustento y lo han hecho juntos, apoyándose, cuidándose, demostrando una vez más que, a la hora de hablar de amistad, no existen barreras o diferencias de ningún tipo.

Gracias a esa simbiótica relación de hermandad que se formó entre Çakir y su camarada Garip, la carga que supone tratar de sobrevivir a la intemperie se haya vuelto mucho más liviana de sobrellevar.

“Un ejemplo claro de la amistad que se forma en las calles son estos dos animales sin hogar quienes llegaron a mi taller. Perro y gato se han vuelto verdaderamente inseparables”, comentó el marmolista.

Ya sea durmiendo, retozando o comiendo, este famoso y adorable dúo no puede estar el uno sin el otro. Verlos interactuar de la manera en que lo hacen produce en el espectador incluso una sana envidia.

Son los mejores amigos que alguien quisiera tener. Ambos se encargan cada día de echar por tierra aquella falsa creencia de que ambos ejemplares no se pueden ni ver o llevar bien. Çakir y su compañero de vida, hermano de desventuras y mejor amigo, Garip, son la demostración más fiel y genuina de todo lo contrario.

Desde que llegaron a la vida de Atasoy, quien los encontró dejados por su cuenta en la calle, este se ha hecho cargo completamente de su manutención. Asimismo, el hombre afirmó que ha contado con la ayuda de varios vecinos para tal fin.

“Se criaron juntos desde que eran unos bebés. Por eso son tan unidos. Este par creció como buenos amigos, independientemente de su raza. Juegan y duermen juntos. Son un ejemplo a seguir de amistad para todos en la comunidad”, comentó el hombre”.

Para hombres, mujeres y animales no humanos, la vida en las calles resulta altamente complicada y difícil de soportar.

A pesar de no haber conocido en su vida más familia, estos dos hermosos animales saben que se tienen incondicionalmente el uno al otro, de por vida. Esta es una de las amistades más hermosas y aleccionadoras que hayamos visto. Ojalá los humanos la tomáramos como ejemplo.

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