Un zorro salvaje y una gatita hacen de todo para continuar su amistad a pesar del aislamiento

Sean de la especie que sean, los animales no saben de rencores ni de venganza, no sufren de soberbia, ni mucho menos juzgan a priori.

Esto es exclusivo de nosotros los humanos, por tanto, pueden propender a establecer unas relaciones amistosas entre ellos que ya quisiéramos muchos de nosotros poder emular. De hecho, todo lo que hacen lo hacen por amor.

Los hermosos protagonistas de esta historia son un zorro y una gata que son vecinos y viven en Vico Equense, una ciudad cercana a la Costa Sorrentina, en Italia. Una amistad muy dulce que parece sacada de una película de dibujos animados y que ha conmovido a las redes sociales durante esta cuarentena.

Si para nosotros ha sido difícil dejar de compartir con nuestros amigos, teniendo que conformarnos a la soledad de vivir confinados, estos dulces camaradas no saben lo que significa el aislamiento y sea como sea persisten en su deseo de verse y retozar juntos, como siempre lo han hecho.

Así es que este zorro salvaje y esta felina hogareña han construido un vínculo indivisible y hacen lo imposible por encontrarse todos los días, pero, esta vez de una manera muy puntual: lo hacen a través de una ventana chocando sus miradas para saberse bien, ya que no pueden vivir el uno sin el otro.

Se trata de una gatita llamada Kimba, quien fue adoptada hace algún tiempo por , ciudadano de la localidad italiana antes mencionada, después de que la hallara sufriendo, con la cola cortada a la mitad por dormir al interior del motor de un camión para resguardarse del intenso clima gélido.

Kimba y Lula juegan a través del cristal, el aislamiento no es impedimento para su amistad

Sin embargo, ahora que su humano le ha proporcionado una mejor vida, se ha hecho la amiga inseparable de un zorro que el propio Sergio bautizó como Lula, e insiste en mantenerse en contacto de cualquier manera con el exterior para tener alguna noticia de su compañera de juegos con quien ha vivido miles de aventuras.

“Lula y la gata prácticamente han crecido juntos y, al final, se convirtieron en amigos inseparables. Cada noche, incluso en estos días de aislamiento forzado por nosotros los seres humanos, el zorro golpea puntualmente la puerta hasta que el gato, que vive en la casa, sale a saludarlo”, según cuenta Sergio.

La hermosa hermandad nació luego de que este pícaro cazador se acercara a la casa de Sergio, atraído por el olor de la gata quien permanecía normalmente ronroneando en la terraza de la casa.

Desde ese primer instante fue amor a primera vista, y tal ha sido la amistad que, a pesar de que un zorro es una especie un poco difícil de ser domesticada, vaya que disfruta de compartir con Kimba, así como de la suculenta comida que Sergio le ofrece y coloca en la puerta de su hogar todas las noches, sin falta.

“Cuanto estamos sobre el diván distraídos viendo la televisión, Lula golpea repetidamente hasta que le abren la puerta. Cada noche viene. Excepto cuando hay fuertes temporales, en tal caso llega al amanecer del día siguiente, pero de que llega, llega”, añadió Di Martino.

La explicación a este fenómeno de cercanía entre animales de especies diferentes puede ser la búsqueda de consuelo entre ellos. Con el paso del tiempo y la convivencia, ellos van aprendiendo a jugar juntos y se encariñan muy fácilmente, buscando la forma de comunicarse, aunque solo sea para paliar su sensación de soledad y cautividad.

Publicada por Pimonte on Line en Martes, 24 de marzo de 2020

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