Una prueba de ADN determinó la inocencia de Jeb, un perro de servicio sentenciado injustamente

Hay experiencias que no dependen de nosotros elegir si las vivimos o no, simplemente se nos presentan y muchas veces nos cambian la vida de la noche a la mañana.

Esto fue lo que le pasó a Jeb, un belga Malinois de 2 años que se desempeña como un perro de servicio para el veterano de edad avanzada, Kenneth Job, tras ser acusado por el extraño fallecimiento de Vlad, un perro vecino.

Jeb no solo fue acusado de manera injusta, sino que se enfrentó a una sentencia que lo pondría a dormir para siempre por un juez de St. Clair, Michigan.

Pero la familia de este perro no se quedó de brazos cruzados. Kenneth estaba muy seguro de la inocencia de su amigo peludo y sabía que debía buscar la manera de demostrarlo antes de que fuera demasiado tarde.

Fue entonces cuando la familia exigió la prueba de ADN como una evidencia definitiva en el caso que había dejado a su perro durante nueve semanas encerrado en una pequeña jaula mientras esperaba el triste día en que estaba sentenciado a nunca más abrir sus ojos.

La prueba comenzó el 24 de agosto de 2016 cuando Christopher Sawa encontró a Vlad, su Pomeranian, tendido en su patio trasero y Jeb estaba de pie sobre su cuerpo sin vida.

Kenneth admitió que esa mañana Jeb se había escapado, pero nunca aceptó que su adorable compañero de servicio pudiera causar algún daño a otro animal. La familia Job tiene otros tres perros, siete gatos y muchos pollos que nunca fueron tocados por Jeb.

Christopher desde un principio se mostró inflexible en cuanto a presentar los cargos, y Jeb fue arrestado por control animal. No fue sino hasta el 19 de septiembre que se realizó el juicio para determinar si Jeb era un animal peligroso.

Después de la declaración de las partes involucradas, el juez Michael Hulewicz determinó que Jeb era culpable a pesar de la falta de evidencia física, y lo condenó a dormir para siempre.

Pero la familia no se conformó con esa sentencia y nunca renunció a su compañero de servicio que ya había superado la pérdida de su primer dueño antes de su adopción y solicitaron el análisis de ADN tomando muestras de las heridas de Vlad.

Después de pagar 416 dólares por el procesamiento de la prueba de ADN el 24 de octubre recibieron los resultados. ¡Jeb era inocente de toda acusación relacionada a Vlad!

La familia llevó a Jeb a casa una semana después de los resultados, pero el daño ya estaba hecho. Este adorable perrito ya no era el mismo. Perdido  casi siete kilos mientras estuvo en custodia del control de animales y ahora es un perro muy temeroso.

El portavoz de la oficina del alguacil del condado de St. Clair, declaró que Jeb era alimentado una vez al día y se le permitió salir de su pequeña jaula de aproximadamente un metro cuadrado por una hora cada día durante las nueve semanas que estuvo ahí.

Afortunadamente la familia conocía que podía solicitar a la corte la prueba de ADN para limpiar el nombre de su amada mascota.

En casi todos los estados los perros son considerados como propiedad personal y no se le otorga el derecho al debido proceso como un sospechoso humano.

Es muy importante divulgar la factibilidad de solicitar esta la prueba como una evidencia porque la mayoría de los dueños de mascotas lo desconocen.

Quizás la prueba de ADN debería ser obligatoria en los casos donde sentencien a los animales a dormir para siempre, muchas vidas se podrían salvar. Comparte esta emotiva noticia y déjanos saber cuál es tu opinión al respecto.

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