La mujer con el mejor trabajo del mundo – Lo que hace en favor de los gatos no tiene precio

8 meses atrás, la vida de Hannah Shaw era completamente diferente, ella ni siquiera se consideraba a sí misma como una persona a la que le gustaran los gatos, pero hoy en día dedica su vida a rescatarlos y a cuidar de ellos.

Todo empezó cuando Hannah encontró a un gatito atrapado en un árbol. «Miré hacia arriba y encontré a este pequeño gatito en un árbol», dice Shaw, la mujer detrás de Kitten Lady, un proyecto de rescate y defensa.

«Subí al árbol y lo bajé, y pensé: ‘Oh, Dios mío, ¿qué hago ahora?'».

Cuando Hannah Shaw encontró al gato solo tenía una semanas de nacido; ella no sabía qué hacer con él, por lo que recurrió a varios veterinarios voluntarios en un refugio para animales, pero ellos solo le dieron información muy superficial con respecto a cómo cuidar del gato.

Razón por la que esta chica tuvo que tomar cartas en el asunto y hacer con el gatito todo lo que ella pudiera para ayudarlo.

«Descubrí que había muy pocos recursos para los gatitos», dice Shaw. «Realmente tuve que hacer mi propio camino para ayudar a este gatito».

Ella cuidó al gato, lo adoptó como su mascota y lo llamó Coco, sin imaginarse que cuatro años después estaría adoptando a otro gato y nombrándolo Eloise.

Con la llegada de Coco a su vida, Shaw se dio cuenta que había un montón de gatitos que necesitaban de su ayuda.

Se calcula que 7,6 millones de animales de compañía entran en refugios en los Estados Unidos cada año, y 3,4 millones de estos son gatos, según la ASPCA.

Lo que es más escalofriante aún es que un 70% de los gatos en refugios son sacrificados cada año.

“Los gatitos neonatos tienen más probabilidades de ser asesinados porque muchos refugios no tienen los recursos para cuidarlos”, explica HSUS.

Los gatitos suponen un desafío adicional cuando son demasiado jóvenes para adoptar, necesitan ser colocados en hogares de acogida y tener un montón de recursos, tanto tiempo como fondos, para proporcionarles una atención adecuada a ellos.

Dos semanas después de adoptar a Coco, Shaw encontraría a Rufus por coincidencia en un árbol, y un mes después de esto encontró a Zeke, quien era un gatito completamente diferente a Coco y Rufus, pues era mucho más pequeño y necesitaba de más cuidados.

“Mi amiga me llamó y me dijo: ‘Ey, sé que has salvado a algunos gatitos. Hay uno en mi calle, ¿puedes venir a ayudarme? Es muy joven’”, explica Shaw.

“Así que fui a su casa, estaba lloviendo y ella había estado atenta por horas para ver si la mamá venía por el gatito, pero nunca lo hizo”.

Cuando Shaw vio al gatito, se derrumbó.

«Simplemente empecé a llorar», cuenta. «Creo que este gatito tenía quizás 3 o 4 días de nacido, sabía que estaba muy por encima de mí, y ya sabía que no había nadie que pudiera ayudar».

Este gatito sería un desafío mayor por lo que le dedicó mucha más atención e investigó todo lo que pudo.

«Tenía 20 ó 21 años y no tenía dinero», dice Shaw. «Sabíamos que teníamos que alimentar con biberón al gatito, así que fuimos y conseguimos los suministros, pero este trabajo estaba por encima de mí misma, así que mi amiga y yo acordamos ayudarnos a cuidarlo y poner el dinero a un lado para tratar de ayudar al gatito».

Shaw elaboró un kit para ayudar al gatito, este estaba lleno de biberones, fórmula para gatos, mantas y otros suministros. Shaw trabajaba en escuelas públicas, pero estaba tan dedicada a cuidar a este gato que incluso lo llevaba con ella, pues el gatito debía comer cada dos horas.

Para que nadie notara a Zeke dentro de la escuela, Shaw llevaba una bufanda alrededor de su cuello y ahí llevaba al gatito; se escapaba entre clases al salón de profesores para alimentar al gatito. Cuando el personal y alumnos de la escuela se enteraron de Zeke, decidieron ayudarla con él.

«Pude hacer que Zeke se acoplara de a poco y aprendió a caminar por el suelo del aula donde impartía clases», dice Shaw. «Él fue a todas partes con nosotros, incluso a las excursiones».

«Yo le estaba dando de biberón fuera de este museo, y tengo una foto de él con un gigantesco bigote de leche».

Cuando Zeke tenía 8 semanas, Shaw lo dio en adopción a una buena amiga suya en Arlington, Virginia, que ama a los animales y cuando conoció a Zeke, simplemente se enamoró de él.

Luego de esa hermosa experiencia con Zeke, Shaw decidió que dedicaría su vida a ayudar gatitos, y no solo se trataba de rescatarlos y darlo en adopción, su misión era ayudar a muchas familias a realizar lo que ella hace para que ningún gatito tenga que vivir en la calle.

«La falta de buena información y recursos es lo que me inspiró para iniciar mi proyecto de Kitten Lady», dice Shaw. «Yo quería darle a la gente un recurso cuando encuentren un gatito en necesidad».

Shaw ahora pasa sus días dirigiendo programas y eventos educativos, hablando a los medios de comunicación y proporcionando refugios para animales con recursos gratuitos y de bajo costo para ayudar a acabar con los sacrificios de los gatitos dentro de los refugios.

Esta chica es un gran ejemplo a seguir, con lo poco que tenía hizo mucho por varios animales que la necesitaban y sin esperar recibir nada a cambio.

Si deseas ayudar a Kitten Lady puedes hacerlo con donaciones, también puedes seguir sus historias en su web, su página de Facebook y su canal de Youtube.

Recuerda compartir esta historia para inspirar a muchos más.

Te recomendamos