Al fin han comenzado las lluvias para sanar las heridas de Australia después de la catástrofe

La Madre Naturaleza es tan poderosa, que a pesar de todo lo que avanzó la ciencia en los últimos tiempos, nuestra vida permanece en sus manos. No importa cuánto luchemos o hagamos los seres humanos, la Creación, para bien o para mal, siempre va a estar por encima de todos nosotros.

Las lluvias y tormentas caídas este jueves en la costa oriental australiana han permitido aliviar la virulencia de los incendios que la arrasan desde hace meses, en una de las catástrofes más devastadoras con las que hemos tenido que lidiar como especie.

Se espera que sean suficientes como para extinguir, o al menos mermar, algunos de los incendios que ya han calcinado al menos 11.2 millones de hectáreas, matado a 29 personas, millones de animales y destruido más de 2.500 viviendas.

Sin embargo, las lluvias persistentes necesarias para disipar una de las peores sequías desde que se tienen registros, no llegarán hasta marzo, según prevé la agencia meteorológica pública.

El jefe de los bomberos de la localidad de Towamba, Nathan Barnden, dijo que la lluvia es algo “fantástico”, pero “no suficiente de momento para acabar con estos incendios.

“Vamos a necesitar mucha más lluvia para que la lucha contra los incendios sea más fácil para nosotros”, aseguró.

En realidad, los esfuerzos tanto del gobierno como de la sociedad civil por contener estos voraces incendios han sido titánicos, entre la inmensa cantidad de recursos y voluntarios dispuestos para batallar contra la crisis ambiental que ha causado el sufrimiento de una cantidad enorme de koalas y otros ejemplos de especies nativas de Australia.

El calentamiento global provocado por el cambio climático que genera la actividad humana, ha incrementado la frecuencia y la gravedad de fenómenos climáticos extremos. Todos debemos asumir la responsabilidad de que nuestro estilo de vida es lo que ha llevado al planeta a un nivel sin precedentes.

«Una de las noticias más positivas que hemos tenido en algún tiempo», escribió el Servicio de Bomberos Rurales de Nueva Gales del Sur

“El calentamiento global es un fenómeno humano, pero cuyas consecuencias las están pagando criaturas que nunca van a llegar a entenderlo”, añadió Barnden.

Aún quedan focos de incendio activos, y los expertos saben que esta es una guerra que no podrán ganar sin la lluvia, su aliado más poderoso en este momento. Lo malo es que se trata de un aliado caprichoso, que solo aparece cuando cree que es estrictamente necesario.

Y ese momento no depende de las necesidades o de la voluntad de las víctimas, ese momento lo decide ella misma, pero tal parece que es el turno de que las precipitaciones comiencen regularmente, trayendo una bocanada de esperanza y un respiro a los hermanos australianos.

Actualmente, de los cerca de 60 focos de incendios que ardían sin control por el territorio de New South Wales, cerca de 20 fueron extinguidos por una seguidilla de lluvias continuas que cayeron sobre la isla Canguro. Esto es al menos un buen comienzo para tratar con el fuego.

Mientras tanto, este viernes miles de personas en todo el país participaron en protestas en contra del cambio climático.

En ciudades como Sidney, Melbourne o Canberra, los manifestantes presionaron al primer ministro Scott Morrison para realizar una rápida transición del uso de combustibles fósiles a fuentes de energía alternativas.

Debemos vernos en el espejo de Australia. El cambio climático no es un juego o una teoría, es una realidad galopante que ya está mostrando su peor cara. No es para mañana, sino para hoy.

Comparte esta historia con tus familiares y amigos. Si no cambiamos nuestros hábitos, es probable que en los próximos años tengamos que tratar con catástrofes tal vez aún peores en varias partes del mundo al mismo tiempo.

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