No es solo apagar incendios o desfilar por una calle en una máquina equipada con mangueras y sofisticados elementos para atender emergencias, es cumplir una labor social desinteresada llena de la mayor voluntad para hacer las cosas con lo mejor que tiene el ser humano: el amor… Se trata, simplemente, de ser bombero.
Esta labor no es nada sencilla. Alegrías, tristezas, triunfos y fracasos son aspectos que, como en cualquier profesión u oficio de todos los conocidos y por conocer, deben enfrentar los hombres y mujeres que hacen parte del cuerpo oficial de bomberos.
Esta historia no se trata de incendios o accidentes de tránsito, este es el relato de unos valientes voluntarios que, como manda su vocación, antepusieron su propia seguridad y su vida para rescatar a un perrito que se encontraba tapiado bajo una gran cantidad de tierra que le impedía respirar.
Aún está por confirmarse si un derrumbe fue la causa del infortunado hecho, pero no se descarta que el animalito haya sido sepultado por los propios antiguos responsables de su cuidado.
Un vecino que transitaba por las instalaciones del Club Guaraní fue quien oyó los débiles ladridos del cachorro, pero, si bien podía escucharlo, no podía ubicar el lugar exacto desde donde venían los lamentos del animal.
Inmediatamente llamó al cuerpo de Bomberos de Caazapá, Paraguay, quienes se presentaron en el sitio para ser testigos de la trágica escena. Los valientes oficiales se movilizaron rápidamente, antes de que fuera demasiado tarde para el pobre can, enterrado bajo al menos un metro y medio de tierra y escombros.
El perrito no podía moverse, parecía que se había dado por vencido
“No sabíamos si podríamos salvar al animal, pero eso no significa que dejaríamos de intentarlo”, aseguró un voluntario.
Independiente de la causa de la terrible situación, el tiempo se acababa para el animal, por lo que, primero, cavando con las manos y luego con palas que se consiguieron desde la estación y entre los vecinos, los profesionales removieron la tierra y lograron sacar al afortunado peludo.
Una vez realizado el rescate se pudo verificar que la mascota había sufrido varios cortes de gravedad, que hacían pensar que efectivamente el animal fue sepultado por algún alma despiadada, aparte de las serias dificultades para respirar debido al tiempo transcurrido bajo kilos y kilos de tierra.
Esta es una situación que, si bien es cotidiana, siempre deja una marca en el alma de estos seres que deben sacrificar sus vidas constantemente para ayudar a salvar la vida de otros.
“Esta labor, por muy encomiable que sea, también conlleva un peso difícil de aguantar. Ser testigo de situaciones trágicas constantemente puede desgastar a cualquiera y nosotros lo sabemos mejor que nadie”, agregó el rescatista.
Pues, yo creo que tiene mucha razón, sin embargo, a pesar de esto, los bomberos siguen su su camino porque saben que, si bien su labor es dura y desgastante, existen momentos tan bellos que les sirven como recompensa por su ardua labor. Y este caso es un buen ejemplo de ello.
Después de un merecido baño y cuidados especiales, este hermoso cuadrúpedo es hoy un perrito alegre que busca un hogar donde lo traten con el respeto y el amor que merece.
Comparte esta historia de verdadera vocación de servicio con tus mejores amigos y denuncia cualquier acto en contra de nuestros hermosos y necesarios compañeros del reino animal.