Coloca una paleta de cocina sobre el lomo de su perrita para que no escape a la casa del vecino

Quien adopta a una mascota sabe que la está haciendo parte de su familia y por eso debería estar con ella en las buenas y las malas, hasta el final de sus días. Sabemos que tal situación no siempre ocurre, pero nunca falta el dueño responsable que nos anima a no perder la confianza en la humanidad.

Una de estas personas es Julia Morley, la madre humana de la pequeña Lu-Seal.

La primera vez que Julia vio a Lu-Seal fue en un refugio en Pittsburgh, Pensilvania, Estados Unidos, y no pasó mucho tiempo para que descubriera que esa era la perrita que deseaba llevar a casa.

Esto ocurrió hace 9 años y desde entonces este dúo ha compartido muchas cosas, pero otras han cambiado. Como dicen por allí, “los años no pasan en vano” y eso explica los cambios físicos que Lu-Seal ha experimentado.

La peluda luce muy diferente a cómo era en el pasado.

Cuando la adoptó, la perrita pesaba casi 7.5 kilos, una medida algo elevada para la estatura de Lu, pero esa situación nunca fue un problema. La complicación ha surgido recientemente, cuando la peluda comenzó a perder peso y a encogerse.

El antes y el después de la perrita es asombroso, pero su pequeño tamaño no incomodó a sus dueños, sino hasta que Lu-Seal descubrió que con tal medida podía escaparse de casa.

Así de pequeñita luce ahora la perrita.

Julia cambió recientemente la cerca de su jardín y esto le permitió a Lu escaparse con facilidad hasta la casa de su mejor amigo y vecino, Eddie. Este buen hombre suele consentir a la perrita con golosinas, así que era muy probable que Lu hiciera todo lo posible por escaparse a su casa.

Nunca se me ocurrió que podría pasar a través de las barras de la cerca cuando la escogí, pero tan pronto como se instaló, quedó claro que iba a ser un problema”, dijo Morley.

Ante la situación, Julia ideó un plan que ha generado risas entre sus familiares y amigos. La pobre Lu-Seal luce ahora una cuchara de madera en su espalda, para evitar que se escape de casa.

«Lo até a su arnés con bridas de velcro y funcionó como un encanto. Solo lo usamos como una solución temporal. Creo que Lu-Seal estaba tan empeñada en atravesar esa cerca que ni siquiera notó la cuchara en su espalda», agregó Morley. 

El intento de Lu por escaparse mientras tenía la cuchara resultó tan gracioso que Julia decidió fotografiarla y lo compartió en sus redes como consejo para otras mamás perrunas.

Claro que esto resultó algo temporal pues, según explicó “El paisajista regresó una semana después e instaló guardas para cachorros en la cerca”.


Estas anécdotas tan curiosas son las que ocurren cuando tienes a un hijo peludo en casa, no sólo son amorosos sino que su inocencia conmueve y entretiene a más de uno.

Julia y Lu han estado juntas por años y planean seguirlo haciendo. Aunque la perrita esta algo viejita, esto no es impedimento para sus travesuras así que Julia tendrá diversión para rato.

Los dueños amorosos hacen todo por sus mascotas y esta ocurrencia es reflejo de tal realidad, comparte esta nota y quizás la idea pueda servir para otro peludo travieso.

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