Dejan a un caballo desnutrido tras usarlo durante 30 años para trasladar carga pesada

Arthur es un hermoso caballo belga que tuvo que vivir en carne propia lo que son los tratos injustos por parte de los humanos. Estos animales se caracterizan por ser enormes, robustos y fuertes.

Lamentablemente, estas características los hacen atractivos para personas que sólo los ven cómo un medio de transporte y los utilizan para llevar más peso del que su salud les permite.

Durante treinta años, Arthur estuvo forzado a llevar peso bajo de un lado para otro y todo en condiciones indignantes.

Con el paso del tiempo, la salud del hermoso caballo comenzó a mostrar los resultados de tantos tratos injustos, estaba perdiendo todas sus fuerzas y a duras penas podía levantarse. Cuando sus dueños vieron lo delicada que era su situación no realizaron el más mínimo esfuerzo para ayudarlo.

En lugar de ofrecerle un poco de amor y llamar a un veterinario, lo ofrecieron en venta. Desde entonces, Arthur pasó duras semanas pasando de un vendedor a otro y ninguno se detenía en brindarle la ayuda que tanto necesitaba.

En todo ese proceso, el único consuelo que tuvo fue conocer a Max, un caballo blanco que se encontraba en la misma situación que él. Como no lograban venderlos ni sacarle provecho, ambos estaban a punto de ser sacrificados.

“Me sentí horrorizada. Tenía que hacer algo para ayudarlos”, dijo Cindy.

Fue entonces cuando Cindy Daigre se encontró con la historia de los rechazados caballos en una publicación de Facebook. Cindy es la Fundadora del Santuario para Caballos Mayores Ferrel Hollow Farm en Tennessee.

Gracias a sus años de experiencia tenía un sinfín de contactos en torno al mundo de los caballos. Sus conocidos le hablaron de Arthur y su historia la dejó con el corazón roto. No fue tarea sencilla, pero Cindy logró obtener a Arthur y a su buen amigo Max.

Ambos fueron trasladados al santuario y allí empezaron el difícil proceso de recuperarse y adaptarse a una bonita vida en donde nadie los obligaría a transportar carga pesada.

Cuando Arthur llegó al santuario estaba tan débil que no podía levantarse. Ahora, tiene toda la energía del mundo y adora correr por el campo a grandes velocidades.

El proceso de Max fue un poco más complicado. Tenía lesiones en todo su cuerpo y había desarrollado problemas cerebrales. Sin embargo, Cindy no estaba dispuesta a darse por vencida y le brindó toda la ayuda del mundo. Contra todo pronóstico, estos hermosos caballos están disfrutando una vida llena de amor y libertad.

¿Qué opinas del dedicado trabajo de Cindy? Une tu voz y comparte esta noticia, alza tu voz contra el maltrato animal, ninguno merece sufrir así.

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