Dos elefantes bebés creyeron que sus minutos estaban contados después de sufrir el peor ataque

Un rescatista de animales es alguien que constantemente está en busca de seres vivos desprotegidos, dejados a su suerte, en malas condiciones de higiene, golpeados o tratados de manera injusta, para tratar de darles una vida mejor.

Es alguien que, en ocasiones está dispuesto a arriesgar su propia integridad para salvar la de otro ser viviente en peligro, alguien que lucha incansablemente todos los días por quienes no pueden hacerlo por sí mismos.

Es una voz para los que no tienen voz

El calor y la sequía que azotan a la sabana africana fue el escenario de un «zoorprendente» descubrimiento por parte de un grupo de rescatistas de la zona de dos elefantes perdidos, solos y con terribles heridas, tras ser atacados por una feroz leona.

Kadiki y Bumi parecían tener sus días contados, pero, gracias a la rápida intervención de el grupo de voluntarios de la fundación Wild Is Life y de la Zimbabwe Elephant Nursery (ZEN), comandados por la veterana Roxy Danckwerts, de 53 años, ahora pueden vivir una segunda oportunidad.

El clima extremo hacía prácticamente imposible encontrar un poco de agua o sombra para refugiarse del sol. La pequeña Kadiki sufrió graves heridas en su cola y trompa, lo que no le permitía ser alimentada por su madre, que no estaba además por ningún lado.

Por su parte, Bumi, de un mes, gritaba de dolor desde la lejanía. Una de sus patas se atoró en unas rocas sumamente calientes por la intensidad del sol y, las altas temperaturas, de seguro acabarían con su vida en pocas horas.

Roxy Danckwerts con Bumi en su recuperación

Ambos paquidermos no se conocían entre sí, pero tenían algo en común: si no se les ayudaba pronto, no iban a sobrevivir. Una vez hallados y puestos a salvo, el equipo de Roxy, ya encariñado con las crías y debido a su precaria condición, acompañó a la pareja de elefantes en un vuelo hacia un lugar especializado para intentar lograr su recuperación.

Kadiki, cuyo nombre significa “la pequeña” en el dialecto shona, tuvo que ver cómo amputaban parte de su cola e intentaban rescatar su trompa. Por su parte, Bumi, se ha recuperado tan satisfactoriamente, que desde el hospital dicen que “está casi irreconocible”.

“Tiene una gran personalidad y le encanta jugar”, aseguró Dankwerts.

Ambos trompudos mostraron una increíble fortaleza y ganas de vivir durante el largo y difícil proceso de su sanación. Hoy, la doctora Roxy Dankwerts ve con gran orgullo cómo ambas crías, no solo sobrevivieron, sino que están viviendo sus vidas al máximo, como cualquier elefante bebé u otro animal debería hacerlo.

“Ha sido muy reconfortante poder ver la evolución de estos elefantes que estuvieron a punto de morir. Definitvamente, me siento orgullosa del trabajo que hacemos en nuestra fundación”, aseguró la rescatista.

Si bien aún se deconoce el paradero de las madres de estas crías, la buena noticia es finalmente Kadiki y Bumi pueden caminar y jugar juntas, mientras los voluntarios no cesan en su empeño de mantenerlos en óptimas condiciones hasta que puedan ser dados de alta. Es indiscutible que el amor salvó sus vidas y fortaleció su espíritu. 

Kadiki y Bumi juntas en su recuperación

Solo queda invitarte a compartir esta historia con final feliz con tus familiares y amigos, y decirte que jamás pierdas la pasión. El trabajo del rescatista de animales tiene sus momentos buenos y sus momentos malos. Hay días de tranquilidad y días de muchísimo estrés. Pero si esta es tu vocación ¡nunca dejes de avanzar!

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