La isla portuaria de Merín fue el escenario de esta espeluznante historia similar a un cuento de terror para los amantes de los animales, especialmente los que preferimos a los perritos.
Merín se caracteriza por la mezcla de antiguas ruinas romanas con altos rascacielos. En Turquía hay muchos conflictos que sus habitantes viven a diario pero este en particular les causó una angustia sobrecogedora. Este día encontraron solo la cabeza de un perro asomándose por una pared como si de una película de ciencia ficción se tratara.
De acuerdo a la información obtenida, un perro sacó la cabeza en la tubería de agua y apareció detrás de la pared.
Los momentos difíciles vividos mientras el perro permanecía atrapado en el interior del tubo de salida de agua fueron angustiantes para los habitantes de la zona que trataban de muchas maneras de liberar al perro sin éxito.
Los ciudadanos de los alrededores intentaron diferentes métodos para salvar al perro.
Finalmente un grupo de voluntarios tuvo la idea de sacar al perro de su terrible encierro rompiendo la pared en torno al tubo que tenía atrapado al perrito.
Usando un martillo y otras diversas herramientas un hombre se dedica a reventar toda la pared que rodea al tubo. Es en ese momento que la tensión aumenta al máximo.
El pobre perro se ve indefenso y atrapado a tan solo centímetros de esa herramienta contundente, en peligro de recibir un golpe fatal.
Lo peor sucede después que terminan de reventar toda la pared alrededor del perrito.
Los vecinos de la localidad nunca se hubieran imaginado que algo tan desafortunado podría suceder.
Justo cuando al fin han quitado suficiente material de la pared para que el perro pueda salir en libertad, este se escapa y sale huyendo aún con el cuello atrapado dentro del trozo de tubería plástica.
Como si de una película de horror se tratara, el pobre perro corre y desaparece del alcance de todos llevando el tubo en su cuello.
Esta historia cada vez parece más una especie de experimento raro y espeluznante.
En vano trataron por días de atrapar al perro para liberarlo hasta que por fin llamaron a los bomberos, quienes una semana después del desafortunado incidente logran atraparlo.
El pobre animal tuvo que pasar días con ese trozo de plástico en su cuello sufriendo e incapaz de moverse libremente o comer con tranquilidad o descansar cómodo hasta que lo atraparon.
Al llegar a la zona, el equipo de rescate de los bomberos, quienes contaban con equipos especiales para ayudarles a atrapar al perro logran tener éxito en su misión.
Los capturan y finalmente pueden quita ese horrible trozo de tubo de su cuello.
Esta espeluznante historia finalmente tuvo su final feliz y todos se alegraron de poder liberar al pobre perro de su sufrimiento, ¡dos veces!
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Aunque aún me queda la duda, ¿qué podría haber motivado a ese pobre animal para querer meterse en ese pequeño agujero?
Y más aún, ¿porqué luego quiso escapar de las mismas personas que lo estaban ayudando tan rápido que no permitió que terminaran el rescate?
Lamento ver un comportamiento así porque piensa que la misma especie que al final lo salvó, fue la que le causó el peligro: nosotros, los humanos.
Comparte este asombroso rescate y recuerda siempre llamar a las autoridades calificadas para realizar este tipo de tareas.