El hombre que fue grabado maltratando a una vaca queda en libertad porque «no acabó con su vida»

Nuestro mundo y sistema de valores parece cada vez más cuesta arriba y en algunos casos se le ha dado más importancia a lo material que a la propia vida.

Al menos de este modo parece haber actuado la “justicia” en el caso de un hombre que ha sido considerado como culpable por hurto pero no ante un cruel acto contra la vida de una criatura. 

El nombre de este sujeto es Anthony Spencer, quien hirió de forma rudimentaria las patas de una vaca viva mientras ésta agonizaba de dolor.

El caso conmocionó a todos después de que Spencer junto a sus amigos decidieran grabar la escena y publicarla en las redes sociales. En el vídeo, que por respeto a la audiencia decidimos no publicar, se observa al hombre utilizar un hacha para cometer tan reprochable crimen; mientras que sus amigos parecen divertirse con el evento.

En el fondo de la grabación se escucha a alguien cantar “¡quiero carne, quiero carne”.

El dantesco acto sucedió el 20 de junio del 2018 y durante este mes de octubre el sujeto de 34 años compareció ante un tribunal local de Darwin. Pero la resolución dada por el juez no pudo más que causar indignación. El hombre parece haber quedado realmente ileso después de su fechoría.

Spencer logró liberarse de los cargos después de que su abogada, Nicola MacCarron, declarara que él no terminó directamente con la vida de la criatura.

La vaca martirizada se encontraba en un corral de la Compañía Australiana de Agricultura, cuando Spencer junto a sus bribones compañeros Angela Wood, de 24 años, Roy Young, de 25, y Glen Spack Petherick, la encontraron.

Al parecer la agonía del animal terminó cuando unos granjeros llegaron a la escena y decidieron sacrificarla para acabar con su dolor.

Spencer quedó libre de las acusaciones por malos tratos hacia el animal pero fue hallado responsable del hurto de un automóvil. Responsabilidad que tampoco asumió ya que la acusación fue hecha fuera del límite de seis meses que indica la ley.

La única sanción que el hombre parece haber recibido fueron 33 días tras las rejas que pasó durante el mes de diciembre por no haber comparecido ante el tribunal en su primera citación.

Tras el juicio realizado en octubre, Spencer sólo tendrá que cumplir con 1.500 días de trabajo comunitario.

Quizás para algunos esto parezca un acto sin importancia pero para quienes creen en el derecho a la vida, el hecho de haber sido liberado de su responsabilidad resulta inconcebible.

Parece que el automóvil valiera más que el dolor atravesado por la criatura antes de fallecer. Además, la saña con la cual ocurrió el hecho debería ser una alerta para la «justicia» sobre la potencialidad criminal de esta persona.

Por favor ayúdanos a denunciar. Comparte esta historia y exijamos a nuestros gobiernos medidas más duras para quienes comenten este tipo de fechorías contra la vida de los animales. ¡El derecho a la vida es igualitario, comparte y denuncia!

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