Es tan pequeño como 2 patatas y el veterinario decide extirparle el ojito, pero el amor lo salvó

Es muy lamentable que muchas personas piensen que los amigos peludos que nacen con problemas o con algún tipo de enfermedad no tienen derecho a vivir y los dejan abandonados a su suerte sin importar lo que puede suceder con ellos.

Lo cierto es que el amor tiene un poder increíble capaz de hacer milagros.

Esto fue justamente lo que pasó con Elliott, un pequeño cachorrito que tenía un problema grave en su ojo, y que fue abandonado a la deriva por quienes eran sus dueños, pero gracias al cuidado amoroso de su rescatista se recuperó.

A pesar de que el veterinario sugirió que le extirparan el ojo este pequeño amigo peludo logró superar todo pronóstico de la mano de Daphne Bragg, el ángel que cambió su destino por su dedicación, atención y esfuerzo durante su proceso de rehabilitación.

En la actualidad Elliot ya está grande, fuerte y muy sano.

Elliot fue dejado al costado de una carretera tras haber nacido con deformidades en sus patas y contraer una grave infección en uno de sus ojos. 

Afortunadamente, esta mujer lo encontró justo a tiempo y se comprometió a salvarlo con todo su amor.

Cuando Daphne lo encontró era tan pequeño que pesaba solo un kilo y medio y cabía en la palma de una mano.

De inmediato recibió los cuidados necesarios en el refugio del Proyecto Animal Lifeline ubicado en Georgia y después fue trasladado a la casa de Daphne Bragg, quien en ningún momento pensó en abandonar al cachorrito.

Daphne esperaba que Elliot se comportara tímidamente e introvertido, especialmente por el descuido al que había sido sometido.

Pero no fue así, este cachorro había dejado todo en el olvido y estaba dispuesto a confiar nuevamente, así que siempre se mostró muy amable y dulce.

Elliott se hizo amigo rápidamente de los otros tres pitbulls que tenía su nueva dueña. Y aunque ellos eran mucho más grandes y fuertes jugaron muy sutilmente con él.

Pero apenas comenzaba el largo camino de la recuperación de Elliot.

Su ojo estaba muy grave y como era tan pequeño y tenía las defensas muy bajas, el veterinario no recomendó la cirugía para tratar el ojo, sino que sugirió que sería mejor extirparlo.

Pero Daphne estaba decidida a cuidarlo y evitar que eso sucediera. La infección fue sanando a medida que Elliot iba creciendo.

Solo faltaba corregir sus patas delanteras que estaban dobladas, afortunadamente no fue difícil hacerlo con ayuda de unos moldes.

Actualmente Elliot es un cachorro igual de fuerte y saludable que el resto, celebramos su completa recuperación compartiendo la adorable historia de este guerrero de amor.

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