Instalan una cámara en la casita que le hicieron a la gata callejera para saber si está a salvo

Una gata callejera es un animal indefenso. Una de ellas apareció en cámara y se robó el corazón de miles de personas. El artefacto fue instalado por el padre de una mujer identificada con el nombre de María Cassano, quien además construyo un hogar climatizado para cuidar de la bigotona.

La gata callejera se encontraba vulnerable y en peligro junto a su cría

Gata callejera

María y su padre tomaron esta loable decisión, tras notar con preocupación que, en el patio trasero de la casa una gata callejera deambulaba a su suerte. La felina se encontraba, a su vez, en compañía de una de sus crías, lo que volvía a ambos animales mucho más vulnerables.

Se escabullía en el jardín

Gata

De hecho, ese era, precisamente, el mayor temor de María: la seguridad del bebé. La mujer se preocupó mucho al pensar que la gata callejera y su amado retoño no estuviesen debidamente nutridos y alimentados.

La calles en la ciudad neoyorquina de Long Island, Estados Unidos, donde residen, son heladas e inhóspitas para los que tienen que hacer de ellas su hogar.

Trató, en un principio, de darles algo de comer, a pesar de que su padre y dueño de la propiedad inicialmente se resistió. Sin embargo, si bien el hombre no es muy afecto a tener animales de compañía, es conocido por su buen corazón.

Necesitaba ayuda

“Mi papá es muy hábil y, aunque no es fanático de tener mascotas en la casa, es un tipo realmente empático y le encanta ayudar”, aseguró María.

Entonces, la mujer comenzó a llamar a la gata callejera “mamá”, con tal de lograr que se sintiera confiada y se acercara a comer en el exterior de la casa. De esta manera, la peludita y su bebé se convirtieron en asiduos visitantes.

La gata deambulaba con su pequeño bebé

Sin embargo, las cavilaciones de María y su padre no terminaron allí. Por si fuera poco, días después, la gatita fue madre por segunda vez. Ahora, con una familia creciente, el tema era el intenso clima frío imperante en la región.

Entonces, el padre de María decidió instalar una cámara con visión nocturna para asegurarse de que todos regresaran a salvo a dormir. Lo que nunca imaginó este hombre es que, con esta idea de la cámara, obtendría un gran tesoro transformado en una serie de tiernas imágenes para la posteridad.

Además de instalar la cámara de seguridad, él y su novia compraron todo lo necesario para brindarles la máxima seguridad. Construyeron una casa a prueba de agua y con calefacción interna, misma que colocaron en su patio trasero.

“Cuando su novia y yo comenzamos a preocuparnos por los gatos que sobrevivieron al clima frío, mi padre compró lo necesario para hacer una casa para gatos, con calefacción y cubierta con materiales impermeables. Construyó una base y la colocó en el patio trasero”, cuenta María.

Pasaron los días y un vecino adoptó al gatito callejero más grande. Por su parte, la gata continuaba en las calles y solo pasaba por aquella casa para comer. En otoño, ella y su prole fueron llevados a esterilizar y a vacunar en un refugio.

Por su parte, ahora la gata tiene dos amigos bigotones más, bautizados con los divertidos nombres de Inky y Finky. Hoy en día, la mujer y su padre se han dedicado a construir más casas y un iglú para gatos. Gracias a ambos, los felinos callejeros ya no tendrán frío.


Teniendo en cuenta que una minina puede tener más de diez gatitos al año, da gusto ver cómo son muchos los que, como María y su padre se preocupan y entienden la importancia de controlar y cuidar de su población. Pero más importante aún, les brindan amor y protección a quienes no tienen voz para pedir ayuda.

Recuerda, son cientos de miles de gatos y animales domésticos quienes se encuentran en situación de calle y quienes conviven con nosotros día a día. No los ignores.

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