La siguiente es una historia que nos llevará a conocer a un amigable gato en situación de calle, quien apareció como por efecto de un milagro. Sí, un milagro que hizo de la vida de una familia estadounidense una más llevadera.
Se trata de Carlton, un felino desesperado quien durante más de un año estuvo merodeando por una residencia. Exploraba la posibilidad de tener un sitio donde guarecerse de las inclemencias de las calles de Brooklyn, Nueva York, Estados Unidos.
Este dulce y amigable minino, tan solo quería obtener el amor y la paz que hasta el momento le habían sido negadas. El animalito conservaba intacta la esperanza de poder satisfacer algunas de sus necesidades más elementales.
El amigable gato se asomaba por la ventana de los hogares del vecindario buscando cariño.
No pasó mucho tiempo para que una joven quien vivía en la casa se enamorara del animalito color naranja. Rápidamente se hicieron amigos, y ella comenzó a alimentarlo y a tratarlo con cariño cada vez que lo veía llegar.
Por eso, el peludo se convirtió en un asiduo visitante. No faltaba ni un solo día. Le había quedado claro que ese sería su lugar sagrado. Sería su fuente de alimentos de ahora en adelante.
Sin embargo, el gatito iba y volvía. Por desgracia, un día apareció de nuevo en la ventana de la casa. Esta vez, con una grave herida en su oreja que le hacía maullar de dolor.
De inmediato, al oír los quejidos, la joven se acercó al animalito para revisarlo y se dio cuenta de que sí o sí debía socorrerlo. Por su parte, el gato, amistoso e inteligente como era, supo que en esa casa encontraría la ayuda y el amor que tanto necesitaba para ser feliz.
“El gato era muy inteligente y amistoso. Cuando me acerqué a él no opuso resistencia y se dejó ayudar sin problemas. La verdad es que la lesión que presentó no se veía nada bien”, dijo la joven.
Y así fue como, con la ayuda de otros miembros de su familia, la adolescente logró trasladar al gato hasta el centro de rescate Little Wanderers, que se encuentra ubicado en la propia ciudad de Nueva York.
La verdad es que Carlton se encontraba en una difícil situación de salud. Se lo veía enfermo. Además, el corte que tenía en su oreja necesitaba ser suturado inmediatamente.
Curiosamente, los voluntarios del albergue para mascotas sin hogar ubicado en la Gran Manzana fueron contundentes en este sentido. Nunca antes se había recibido tantas solicitudes para animales de todas las edades con alguna patología.
“Nunca hemos recibido tantas solicitudes de rescate para gatitos, mamás, animales enfermos y heridos”, dijo Lisa Scroggins, cofundadora del refugio Little Wanderers NYC.
Y como cada animal que sufre la indignidad que provee el hecho de vivir a la intemperie y desolado, Carlton no fue la excepción. Debió sortear innumerables obstáculos en su periplo por las calles.
Sin embargo, a pesar de todo ello, resultó ser un gato muy tierno, con un alma brillante que le permitió superar su condición. Los veterinarios revelaron que, tras un examen médico practicado, resultó que Carlton padecía del virus de inmunodeficiencia felina.
Su historia se desperdigó por las redes sociales y llegó a oídos de una mujer identificada con el nombre de Carianne. Se trata de una residente de la localidad de Staten Island, ubicada en el mismo estado neoyorquino. Decidió darle un hogar mientras encontraba uno definitivo.
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La mujer era consciente del hacinamiento que existe actualmente en la mayoría de los centros para el rescate de animales callejeros de Nueva York. Con su familia temporal Carlton se recuperó por completo y comenzó a demostrar su espíritu gentil y animoso, correspondiendo al amor que le han brindado con ternura,
Sin embargo espera ser adoptado definitivamente, aunque por su padecimiento puede resultar un poco difícil, no es imposible. Quien desee conocer la ternura este pequeño y darle una segunda oportunidad de vida puede aplicar con una solicitud para llevarlo a casa.
Carlton es un gatito querido por todos, muy amoroso y agradecido. Hoy gracias al amor logró borrar su triste pasado para siempre. Solo necesita un hogar para siempre para ser completamente feliz.