Su vida es una lección maravillosa para todos. Alguien que tiene muchas necesidades, que su casa es una caja de cartón, sus zapatos están rotos y sus pies maltratados de caminar. No tiene un techo donde resguardase de la lluvia ni mucho menos garantía de comer tres veces al día. Pero en lugar de tener una actitud indiferente, como la de muchos, que no tenemos ni la mitad de las carencias, se ocupa de ayudar a los perros de la calle.
Es cierto el dicho popular que dice que a veces quien menos tiene es el que más comparte. La historia de este hombre sin hogar es de esas que llega a las entrañas y conservamos en el corazón.
Su nombre es Kamala Lochan Baliarsingh y tiene 60 años de edad, de los cuales lleva viviendo más de 30 en la calle. Vive cerca de la estación de tren de Bhubaneswar en La India.
Lo llamaron «El Hombre de Dios».
Cuenta haber tenido un hijo pero que no ha ido a visitarlo desde hace muchísimos años… Lo cierto es que hoy él se encuentra en la calle y sobrevive a todas las adversidades que eso implica.
No creo que nadie elija vivir en estas condiciones. Sus días transcurren recogiendo botellas de plástico y ayudando a los perros de la calle.
Un equipo de voluntarios decidió registrar un video de su labor, estuvieron compartiendo con él varias horas para vivir un poco su experiencia. Antes de comenzar le ofrecieron galletas y no aceptó. Pero en cuanto apareció Mithu, un cachorro que adoptó como su mascota, quiso ir a por ellas de inmediato para dárselas.
Su amor por estos animales es tan incondicional que muchas veces él sacrifica su comida para alimentarlos a ellos.
“Solo una persona hambrienta puede entender el dolor del hambre. La bondad es serena cuando no se espera nada a cambio y un corazón que no sabe distinguir entre un ser humano y un animal”, comentó.
Ayudar a los animales necesitados a su alrededor le saca una gran sonrisa, la misma que nos invita a tener nosotros con su ejemplo. Dar es sinónimo de alegría y la próxima vez que veas a algún Kamala en la calle no pases de largo. Si no está en tus posibilidades darle algo material, una simple sonrisa o unas palabras de ánimo también pueden ayudar.
El video es lo más precioso e inspirador que podrás ver hoy:
Si todos fuéramos un poco como Kamala, el mundo sería un lugar maravilloso ¡Vale la pena compartir su ejemplo!