Para la gran mayoría de perritos callejeros su vida está rodeada de infortunios, de tristeza y de un profundo dolor como resultado de las heridas provocadas por tratos injustos.
Ante tantos desafíos sin poder vencer y sin ganas de seguir luchando, la muerte parece ser una salida para los perritos en condiciones de calle más vulnerables.
Sin embargo, solo es necesaria una cosa, que por muy mínima que parezca hace la diferencia y puede terminar salvando la vida de un perrito.
Esta perrita estaba tan débil que mantenerse sobre sus patitas era todo un reto.
Esta es la historia de una perrita que cuando creía que todo estaba perdido, llegaron unos hombres que se convirtieron en sus ángeles y sin importar el delicado estado en que se encontraba decidieron salvarla.
A la perrita la llamaron Lady.
La dulce Lady estaba completamente desnutrida, era un pequeño saco de piel y huesos, estaba muy débil como para poder levantarse sola, y con la mirada más triste que se pudiera imaginar.
Con mucho cuidado sus rescatistas la tomaron entre sus brazos y la llevaron el centro clínico veterinario más cercano.
Su pelaje estaba todo enmarañado y sucio.
El diagnóstico no era muy alentador para la dulce Lady, su condición solo reflejaba lo mucho que había sufrido en los últimos meses.
Si bien su aspecto físico reflejaba su terrible condición, con su mirada trasmitía un dolor insoportable, como si estuviera demasiado cansada para continuar.
La perrita recibió una dieta alta en calorías.
Lady no solo estaba desnutrida, le diagnosticaron una grave infección parasitaria que había destrozado todas sus articulaciones. Fue necesario realizarle múltiples exámenes de sangre para encontrar el tratamiento correcto.
Una fuerte dosis de antibióticos, no solo orales sino tópicos para combatir la sarna, una buena alimentación, pero sobre todo amor incondicional fue el mejor tratamiento para que la pequeña Lady se recuperara.
Sus rescatistas no dudaron en hacer lo posible para salvarla.
No fue fácil sacarla del lamentable estado en que se encontraba, pero el tiempo fue el mejor aliado para que sus rescatistas vieran los resultados que tanto estaban esperando.
Sentir que estaba en un lugar seguro y con las personas correctas le devolvieron las ganas de vivir a la pequeña Lady.
Su nuevo pelaje fue creciendo sorprendentemente, ahora es brilloso y suave.
No solo su aspecto físico cambió, su estado de ánimo era completamente diferente, esa mirada triste y desolada había quedado en el pasado, Lady es otra perrita, responde tiernamente a las caricias de sus rescatistas.
Quienes la salvaron saben que aún queda mucho camino por recorrer, pero están seguros de que lo más difícil ya lo han superado. Su vida es un ejemplo de perseverancia y amor.
Aplaudimos a todos los rescatistas de animalitos que le ofrecen a perritos como Lady una segunda oportunidad. Anímate a cambiarle la vida a un perrito callejero y devuélvele la esperanza que creía pérdida.
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