Se comió una toallita de cocina y su dueña lo dejó morir fuera de la casa tras una larga agonía

Tener un perrito en casa es como tener un bebé, necesita atención constante, cuidado especial y mucho amor, sin embargo, algunas personas crueles piensan que es solo un bulto de huesos y pelos con la capacidad de sobrevivir bajo cualquier circunstancia.

Algo que definitivamente debe ser condenado con todo el peso de la ley, aunque muchos años de prisión no sean suficiente para castigar a un ser capaz de lastimar a un indefenso perrito.

Nuestro peludito era un Rey Cavalier Charles Spaniel.

A Kelly Hare se le prohibió tener animales durante los próximos diez años por dejar que su perrito Bieber, muriera de hambre después de comer una toalla desechable de cocina.

La insensible mujer ante el padecimiento del perrito optó por ignorar su dolor en vez de llevarlo a un veterinario. Hare simplemente dejó que el pequeño Bieber padeciera hasta que finalmente murió.

El perrito estaba en el cobertizo como si se tratara de un mueble más.

Claire Fisher, Inspectora de la RSPCA, comenta que el perrito sufrió durante al menos tres semanas antes de dar el último suspiro. Sin duda, una muerte lenta y dolorosa que ningún perrito debe tener.

Fisher destaca que tras recibir una llamada anónima un oficial de la RSPCA visitó la casa de la mujer y vio al perrito muerto en el cobertizo entre la basura.

 Una imagen que sensibiliza a todo amante de los animales.

El oficial comenta que cuando llegó a la casa la mujer estaba en una casa vecina. Tras interrogarla, argumentó que no tenía idea de que su perrito había fallecido ni mucho menos donde estaba su cuerpo.

Los oficiales volvieron a la casa el día siguiente y encontraron tierra removida en el jardín, decidieron cavar y encontraron el cuerpo del pequeño Bieber.

La mujer argumenta que desconocía el paradero de su perro.

Tras realizarle la autopsia descubrieron que había ingerido algún tipo de toalla para bebés o de cocina, esta medía aproximadamente 30 cm por 12 cm. El análisis reveló que el perrito llevaba muerto al menos una semana.

Ante el cruel delito, la mujer recibió una sentencia de 12 meses de servicio comunitario y una multa de 640 dólares, más la prohibición de tener mascota en los próximos años.

Ningún perrito merece morir como lo hizo Bieber.

Es lamentable que un perrito muriera por la irresponsabilidad de una persona que no le ofreció la atención necesaria. Muchos activistas no están de acuerdo con el castigo por lo que exigen una condena más justa.

Deseamos se puedan crear nuevas leyes que velen por la seguridad de los animalitos y se haga justicia como merecen.

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