Morgan Freeman convierte su gran hacienda en un santuario para abejas para salvar el planeta

Son muchos los factores que afectan cada vez más a nuestro ecosistema. Uno de los más alarmantes hoy en día es el brusco descenso que ha tenido la población de abejas. Esto puede causar terribles resultados en nuestra alimentación e incluso dejar en riesgo nuestra propia existencia.

Morgan Freeman ya tiene 81 años de edad.

Afortunadamente, hay un enorme grupo de personas dedicadas a ayudar a las abejas y el famoso actor Morgan Freeman ha dedicado uno de sus valiosos inmuebles al rescate de estos importantes insectos. El actor de Shawshank Redemption comenzó a cobrar conciencia sobre el papel tan fundamental que las abejas juegan en nuestro bienestar.

Freeman ya lleva cinco años trabajando a favor de la abejas.

No sólo decidió tomar cartas en el asunto sino que se volvió uno de sus pasatiempos: convirtió su hacienda de Mississippi en un santuario para que las abejas puedan contar con un gran espacio en el cual reproducirse y alimentarse apropiadamente. Se calcula que desde 1960 la población de abejas comenzó a disminuir de manera cada vez más alarmante.

Los especialistas recomiendan la eliminación de los pesticidas y la masificación de la agricultura ecológica.

Esto se debe a varias razones entre las que se encuentran el calentamiento global, la contaminación del aire, el excesivo uso de pesticidas y la reducción de su hábitat natural. A pesar de los constantes llamados de alerta, muchas personas parecen no comprender lo mucho que esto puede afectar al mundo entero.

“Creo que muchas veces no nos damos cuenta de que las abejas son la base del crecimiento del planeta”.

Las abejas, domésticas o salvajes, son responsables de la polinización del 80% de los alimentos. Esto indican que juegan un papel fundamental en casi la totalidad de la nutrición mundial, de manera que hay que tomar medidas inmediatas para poder ayudarlas. Freeman importó 26 colmenas de abejas a su hacienda y se aseguró de sembrar las plantas necesarias para que tengan el mejor ambiente posible.

“Tenemos hectáreas de trébol y lavanda. Hay cerca de 140 magnolias y muchas otras flores. La labor del jardinero es preguntarse qué es lo que le gustaría tener a las abejas”.

El noble actor no está interesado en aprovecharse de las abejas y extraer su miel. Su pasatiempo simplemente consiste en ayudarlas, alimentarlas y cuidar su ambiente. Su conexión con los insectos es tal que a pesar de contar con una cantidad tan grande en su hacienda jamás ha recibido ninguna picada.

“Ellas saben que sólo estoy allí para alimentarlas. Es como si dijeran: ‘No molesten a este hombre, es el que siempre nos trae agua y azúcar’”.

El peculiar pasatiempo de Freeman ha ayudado a que sus seguidores y personas de todo el mundo cobren conciencia sobre el gran valor de las abejas y toda la ayuda que necesitan en la actualidad.

Únete a esta bonita campaña y comparte esta valiosa información para ayudar en la lucha de esta importante especie.

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